jueves, enero 01, 2009

el día después


somnolientos todos, los muchísimos durmientes (entre fijos, previstos y oportunistas somos 11) de esta especie de casa pública que me aloja en la paz, van amaneciendo al nuevo año por oleadas, entre botellas, vasos, almohadones, tazas, mochilas y frazadas.
afuera está nublado y desconocidamente calmo. no hay nadie en la calle. hasta la ciudad parece tener resaca.

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