jueves, octubre 30, 2008

the zapatish dilema

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oh, sí, queridos amigos: aún no tengo fecha cierta de partida.
no se preocupen, me iré. día a día voy atando pequeños cabos, ganando pequeñas batallas, resolviendo pequeñas cosas imprescindibles para el viaje. y llegó el turno del calzado.
ya cuento con un par de esos zapatontes de trekking pero además quiero llevarme un par de lona, para todos los días y tengo dos candidatas.
1. unas olestar que compré hace un siglo en el viejo y poco recordado shopping sur (dense una idea de cuantos años tienen... unos 18 por lo menos! zapatillas con mayoría de edad) y que aún hoy me acompañan. cuando las compré eran botitas, pero un día me aburrí y las corté. hoy tienen tantos agujeros como gracia: yo las adoro. son las típicas que madre mira diciendo: "¿cuando vas a tirar esas zapatillas?"


2. un par de zapatillas marca xx, lindas de pinta, 30 p, adquiridas en el coto supermarket hace algo de dos meses.


sin embargo, a pesar de lo simpáticas que se ven de arriba, a los 15 días de compradas, y gracias a la filosa participación de los pedales metálicos de la bici, la suela comenzó a deshilacharse.
yo las sigo usando igual, pero a pesar de las ventajas de la ventilación in situ, los días de lluvia se complica porque el agua se filtra a raudales. pensé en pegarles un pedazo de rueda de bici en la suela... sería como andar en bici aún sin pedalear. pero temo que se despeguen enseguida y volver a fojas cero.



cuando la mudanza, pillow mira las olestar con cara de "ya es hora" y yo asiento con resignación. las dejamos en la cima de una bolsa con la intención de abandonarlas apenas salgamos a la calle. pero el azar es extraño y en el apuro, pillow se sube a un taxi con mis cosas y las zapatillas se cuelan en el viaje.
yo voy en la bici. cuando ambas llegamos a destino, miro la bolsa: solo una queda del ancestral par. lo comentamos: extraña muerte para unas zapatillas, separadas para siempre, inútiles. y al instante, golpean. "hola, pasó un taxista y me dió esto, es tuyo?" y alarga una zapatilla rotosísima, que sí, claro, muchas gracias, es mía.
aún más resistentes de lo que yo pensaba resultaron las blanquinegras olestar, pero sé que sería un abuso reclamarles 6 meses de baqueta viajera, tanto a ellas como a mis pies.
las otras... pues no sé si pegarles algo abajo o darles salida por falta de mérito y comprarme unas que reemplacen más dignamente a las primeras.

viernes, octubre 24, 2008

should i stay or should i go

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resulta que ya estoy sin casa y sin trabajo y a pesar de todo eso, sin pasaje.
lastre extraño el de esta vida loca.
mi idea era irme el lunes, pero por alguna razón inexplicable me resisto a sacar el pasaje.
tampoco quiero forzarme a viajar ese día solamente porque dije que me iría ese día, aunque definitivamente no está en mis planes quedarme acá forever en esta especie de limbo viajero.
claramente el viaje ya empezó: aunque tengo algunas cosillas pendientes,  ya mi universo material está  reducido a una mochila. sin embargo, el efecto inercial aún pesa, y hace más difícil poner el motor en marcha. 
así que me estoy debatiendo entre irme ahora o en unos días, entre mis ganas y lo que se supone que debería hacer porque así dije que lo haría.

domingo, octubre 19, 2008

abrir la puerta

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hace unos meses apareció en mi cabeza el delirante plan de abandonar mi exitosa carrera, mi reconfortante trabajo, mi mansión con jacuzzi y mis fogosos amantes. de dejarlo todo todo para irme de viaje. y aunque hubo idas y vueltas (lo de los amantes fue lo que más me costó, sin dudas) lo llevé adelante. y la hora de la partida se acerca.
esta es mi última noche en mi casa. hay bastante caos a mi alrededor, para que negarlo.
paradójicamente, no difiere mucho de mi interior: una antropomorfa bolsa de confusiones (existe este término en femenino?) debatiéndose entre sentimientos encontrados. no es que no quiera viajar, nada más lejos de eso. pero confirmo que mi tendencia a la inercia es más grande de lo que quisiera y mi apego a las cosas se evidencia con bravura.
sin embargo, siento que estoy cerrando más o menos prolijamente mis asuntos acá.
mi vida acá. estoy cerrando mi vida acá.
y abriendo una puerta a lo desconocido.

viernes, octubre 10, 2008

brotación poética

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miércoles, octubre 08, 2008

en tránsito

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estoy sentada en un banco de plaza.
miro la gente, miro los árboles. el sol embellece todas las cosas.
estoy acá, pero no por mucho más.

vengo de darme la vacuna contra la fiebre amarilla.
me voy.

miércoles, octubre 01, 2008

inflame y decime marta

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llueve apenas. ya me olvidé como era eso de ir en subte a la oficina, y ahora que los frenos de bici volvieron a cumplir su función, apuesto a que la lluvia no es más que amenaza y salgo.
la rueda delantera está bajísima, pero no la puedo inflar en cualquier lado porque tiene una cámara hiperantigua que precisa un pico especial. sólo puedo hacerlo en la bicicletería o, en su defecto, en una gomería con buena voluntad.
mi primera opción es la bicicletería, de la cual me gustaría decir que es de confiar, pero la verdad es que no lo es. quienes atienden son encantadores y atentos, pero el lunes a las 10 am estaba cerrada.
con la confianza tan desinflada como la bici, fui a buscar una gomería.
el gomero me da charla; hablamos de la lluvia, del tráfico y de la bicicletería cerrada. cuando me estoy yendo, el tipo me dice: -"¿te puedo hacer una pregunta?"
con curiosidad y temor, acepto lo inevitable, lo inesperado.
-"¿vos crees que estoy gordo?"