viernes, enero 30, 2009

selvaaaaaa (ruido de animales salvajes) | capítulo 1


(de algún día cerca del 30 de enero)
las chicas quieren selva. y la van a ir a buscar.
para ir al parque nacional manu, los tours te matan, 600 usd mínimo. como obviamente no los tenemos, con kiki nos mandamos sin tour.
la información disponible era inexistente. en la oficina de turismo de cusco nos sugieren (tras insistir con que tomemos el tour) que podemos ir en bus hasta pilcopata (8 horas) y ahí buscar un bote para llegar a manu, bajando por el río alto madre de dios.
hacia allá nos dirigimos, 7.30 am las dos en la parada (no merece el apelativo de terminal) tras una noche movidita en el hostal. no creerán que eramos nosotras las de la fiesta, claramente eran nuestros cohabitantes que se pasaron de parranda hasta las 6 am (nuestra parranda había sido la noche anterior, cof, cof).
el paisaje de verdes exhuberantes y sierras escarpadas no lograba imponerse al llamado de morfeo. cada tanto nos codeábamos mutuamente para indicar un salto de agua, un río, un ave y seguidamente volvíamos a desmayarnos en selváticos ensueños, apiñadas en nuestros cómodos asientos irreclinables.
a las 4 pm estábamos en pilcopata, un caserío aplastado en medio del verdor.
averiguaciones varias indican, en primer término, que el río a esa altura no es navegable lo que da por tierra (justamente) con la propuesta de la oficina de turismo. aparentemete hay que bordear el río por tierra hasta que se vuelve navegable y las opciones son cuatro:
-atalaya, accesible en bus, camión y camioneta. punto de salida de la mayoría de los tours, lo cual indica que lo se puede conseguir es un tour).
-salvación. idem acceso que atalaya, pero es la capital del departamento, lo cual supone más chances (que luego no se comprobarían, en fin).
-shintuyo. ídem acceso que atalaya. comunidad nativa. más cerca de manu.
-itahuanía. accesible solo en camión. se supone que los camiones van hasta itahuania vacíos y allí cargan madera para regresar a cusco. en ambos sentidos, llevan pasajeros.

ya habíamos apalabrado un hostal en pilcopata, pero la curiosidad pudo más. a las 7 pm nos trepamos a una camioneta. mientras el verde se ennegrecía a nuestro alrededor y tras cruzar varios vados, llegamos a salvación.

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