sábado, enero 17, 2009

llamá a chamot


desde que crucé la frontera argentina, hace unos 70 días, mi teléfono dejó de funcionar. y aunque lo había desbloqueado antes de salir, nunca me decidí a ponerle un chip en bolivia.
cuando me encontré con la negra che en la paz, me dejó como legado su chip cusqueño y desde que crucé la frontera boliviano-peruana, estoy otra vez con el grillete electrónico a cuestas. por ahora mucho no me complica porque casi nadie tiene el número, pero hoy me quedé sin batería mientras me llamaron, así que se cortó, entonces tenía que llamar, y para llamar tenía que ponerle crédito... en fin.
lo bueno que tiene esto de volver a tener teléfono, es que me recordó unos textos geniales que hace un tiempo me pasó h. por si tienen ganas de leer.


Pensá en esto: cuando te regalan un celular te regalan un pequeño infierno parlante, una cadena de mensajes, un calabozo de ringtones. No te dan solamente el celular, que los cumplas muy felices y esperamos que te guste porque es de buena marca, con cámara de fotos, mp3 y blue tooth; no te regalan solamente ese menudo aparato histérico que te atarás a la cintura o a la cartera y pasearás orgulloso. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de vos mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su funda como una garrapata desesperada prendida de tu carne. Te regalan la necesidad de cargar su batería todas las semanas, la obligación de tener crédito para que siga siendo un celular; te regalan la obsesión de mirarlo a cada rato para ver si tenés un mensaje, de ponerlo sobre la mesa en una reunión por si recibís un llamado. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan el de tarifa más baja y el de mejor señal, te regalan la tendencia de comparar tu celular con los demás celulares. No te regalan un celular, vos sos el regalado, a vos te ofrecen para el cumpleaños del celular.

http://urbanicomio.blogspot.com/2007/11/instrucciones-para-cargar-el-celular.html


Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica, en cualquiera que se le ocurra. Desde la Odisea hasta Pinocho, pasando por El viejo y el mar, Macbeth, El hombre de la esquina rosada o La familia de Pascual Duarte. No importa si el argumento es elevado o popular, no importa la época ni la geografía.
Muy bien. Ahora ponga un teléfono móvil en el bolsillo del protagonista. No un viejo aparato negro empotrado en una pared, sino un teléfono como los que existen hoy: con cobertura, con conexión a correo electrónico y chat, con saldo para enviar mensajes de texto y con la posibilidad de realizar llamadas internacionales cuatribanda.
¿Qué pasa con la historia elegida? ¿Funciona la trama como una seda, ahora que los personajes pueden llamarse desde cualquier sitio, ahora que tienen la opción de chatear, generar videoconferencias y enviarse mensajes de texto? ¿Verdad que no funciona un carajo?

(extracto de orsai.es, el texto entero acá:
http://orsai.es/2008/10/el_movil_de_hansel_y_gretel.php)

1 aportes al desconcierto general.:

Anónimo | 25 enero, 2009 08:48

me pasa hasta teniendo credito y todo.
lo malo de tener el cel prestado es que frena esa pulsion de reventarlo contra la pared.. o contra el piso, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol.