jueves, diciembre 18, 2008

suerte


esta tarde pisé mierda, cuando volvía de visitar el parque machia, con un calor insoportable. en el parque había monos sin navaja y muchas mariposas de colores, y una cascada refrescante donde me metí cual coca sarli para bajar un poco el termómetro.
tenía que mirar mi correo y buscar mi equipaje, pero antes tenía que decidir si pasaría la noche ahí.
la temperatura tornaba imposible cualquier movimiento y decidí volver a cocha, así que miré mi correo, busqué mi mochila y dí unas vueltas por las pintorescas calles de villa tunari mientras el cielo se ennegrecía vertiginosamente. comenzaba ya el concierto de rayos y truenos que anticipaba una tormenta furiosa. enseguida puse proa a donde salen los surubíes, pero la lluvia me ganó de mano. esperé, corrí, me cubrí, inútiles todos mis esfuerzos para evitar empaparme. pésima la elección de la remera blanca para caminar bajo el agua, poco el abrigo pensado para ir por un día a un destino tropical.
llegué a la terminal, atestada de gente casi tan mojada como yo. la salida de los surubíes parecía extremadamente improbable entre la lluvia y la falta de combustible.
una hora después, ya con la noche encima, conseguí un lugar.
tres horas y media para hacer 150 km de curvas y contracurvas, con lluvia y niebla, con la ropa húmeda y tiritando de frío ante los 18º del aire acondicionado para evitar los vidrios empañados.
sin lugar a dudas, la suerte fue llegar.

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