ayer a mañana, me puse mis ojotitas marrones (chocolate, sorry). fui al trabajo, fui al cursete (que hoy termina) y volví feliz caminando a mi casa. cuando llegué, agarré los infames zapatos y sin una pizca de remordimiento, los saqué a la calle.
aunque después me sentí un poco culpable, pensando en alguna ingenua que los recogiera con la ilusión de verse más elegante.
miércoles, febrero 21, 2007
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3 aportes al desconcierto general.:
no se podían mandar al zapatero ?
o ya les tomaste bronca ?
jajaja
vo'so' loca???
y tentarme con volvérmelos a poner un día??? y revivir un sufrimiento semejante???
vade retro!!!
Yo te banco! que placer infinito tirar algo que nos hace sufrir...
Desde una postura más "zen" te digo "tirar lo viejo para dar lugar a lo nuevo", vaya que son simbólicos los zapatos!!
Que te lleven por buenos caminos nena! besos.
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