sábado a la tarde. en el marco del acondicionamiento de mi nuevo hogar, este fin de semana le tocaba el turno a la cocina. las dos semanas previas me las había pasado diseñando (pfff!) los muebles que optimizaran el diminuto espacio (0.90 x 1.20, reales, con más del 75 % cubiertos por mesada y heladera), calculando las tablas necesarias y dibujando las planitos de corte, tratando de embocar diecinueve cortes de madera en una sola placa. hice un estudio en carpinterías varias y resultó que lo más barato era el easy, pero la placa que precisaba sólo estaba disponible en palermo.
mi padre, que se ha revelado como un fidelísimo sancho panza en esta tarea quijotesca de armar mi casa, accedió a colaborar. la experiencia me ha enseñado que, a pesar de su buena voluntad, el hombre no es muy dado a la paciencia, así que le sugerí que me pasase a buscar por el easy una vez resuelta la compra.
obvio que nunca es tan easy como parece, y el sitio estaba a estallar. una especie de ken tamaño natural estaba a cargo de la carpintería.
le digo: "preciso 19 tablas de distintas medidas y que tengo un plano de corte". con suficiencia, me dice: "vos pasame las medidas que la máquina lo acomoda sola... " a lo cual accedo recitando todas las medidas como en sorteo del gordo de año nuevo. "no entran todas en una placa", dice. "si entran" digo, y alargo el planito.
en fin, que si entraban todos los cortes en una placa, pero se requería un poco de voluntad... (sigue en un ratito...)
lunes, febrero 26, 2007
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