una lluvia demasiado gruesa para calificar de llovizna bautizó mi llegada a ecuador. mientras hacíamos los trámites en la medianoche pegajosa, una marea de mosquitos aguijoneó sin piedad mis pobres pantorrillas descubiertas y agravó mi estado, ya bastante lamentable: mi muela aún molestando, un dolor de estómago persistente, un golpe reciente en un codo y las rodillas quejosas por la compresión obligada del asiento delantero.
una hora más tarde, el bus se detiene en medio de la nada ecuatoriana. el chofer anuncia:
-señores, no hay paso. hubo un derrumbe. si queremos seguir, hay que bajar a ayudar.
bajé. montones de roca ocupaban el asfalto. algunos hombres movían las piedras de acá para allá, la mayoría daba indicaciones.
tres horas más tarde, con ayuda de dos criques, pudieron correr la masa de granito estacionada en la ruta lo suficiente para que pase el bus. bienvenida al ecuador.
jueves, febrero 19, 2009
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3 aportes al desconcierto general.:
Hola!!!!
Bueno, espero q pronto te recuperes. Nada como un buen couch para hacerte sentir mejor, no? Besos y a la espera de tus aventuras en Ecuador.
Hace poco en una carretera de acá hubo un derrumbe y los buses, autos y camiones estuvieron varados durante más de 20 horas, terrible. Que lo pases mejor en los próximos días, poli. Rafo
Espero el post de Ambato y Baños, saludos Paula..un gusto..!!
Gabo
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