miércoles, junio 30, 2010

mucho plan y poca acción

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de si pahn don (4000 islas) volví a pakse, donde me recibió una cs francesa muy simpática que vive bastante lejos del centro, pero tiene moto, así que no está mal. nos encontramos en el centro, me llevó hasta su casa, fuimos al mercado y a la costa del mekhong a comer. le rompí un poco la cabeza con mi charla, creo, pero no se quejó. florence se llama, es muy interesante, trabaja en el tema de alimentos y está acá haciendo una práctica para la universidad con el tema del café. antes hizo lo mismo en noruega, y después viajó por escandinavia hasta rusia. para tener 23 años no está nada mal.
esta mañana me dejó en el mercado para que tome un tuk tuk a champasak, la ciudad mas cercana a wat phu, un templo antiquísimo que supuestamente hay que ver sí o sí. yo ya estaba en duda de ir, porque no me copa tanto ver ruinas (ya ví infinitas) y entre el tuk tuk, el ferry y la entrada se me iban a ir 100 mil mínimo. igual fui, caminé un rato por el mercado que era enorme, encontré el tuk tuk a champasak y me senté. leí, miré, esperé. pasó una hora, creo, sentada esperando no sabía muy bien qué. al final me aburrí, consideré que si luego tenía dos horas de viaje llegaría a las 11.30 con suerte (esto asumiendo que el tuk tuk partiría inmediatamente, cosa que dudo), pagaría 40000 kip de entrada para ver el templo en la peor hora y a las 15.30 ya tenía que estar en camino de regreso. no me daban las cuentas financiero-temporales, me bajé del tuk tuk y me perdí en el mercado un rato largo. después caminé por la costa del río, paré en un banquito a la sombra, se me acercó un laosiano con una niña de 3 años a darme charla, me quería curtir yo diría, según lo que florence me contó del comportamiento masculino laosiano, es idéntico al indio. al final se fue a llevar la nena, y yo despegué, tenía ganas de estar sola. estaba disfrutando tanto de la vista del río y la sombra de los árboles!
pakse tiene menos acción que calamuchita, es rechiquito y muuuuuuuuy tranquilo. fui a un templo, saqué unas fotos, me fui a internet.
se largó una tormenta fiera, esperé a que pare leyendo sobre la historia de laos, ni idea tenía que hace menos de 40 años declararon la independencia, que según parece tampoco es tal. me resolví a alquilar una moto para ir a bolaven plateau, y quedarme un día por ahí en la montaña. volver el jueves, agarrar las cosas y viajar a la noche a vientiane para llegar el viernes temprano, buscar el pasaporte con la visa y a la noche tomar otro bus a luang prabang, a ver si la encuentro a vicki por ahí. en dos días se me van a ir 300 mil kips solo en bondi, me duele de sólo pensarlo. además de eso la moto, 100 mil por dos días, si lo pienso así casi que me resulta barato, si lo hago como excursion con una agencia de viajes me fajan al menos 150 mil por un día nomás. la moto es perfecta, sería ideal encontrar alguien para ir juntos, lo posteo en cs aunque no creo que tenga respuesta. caigo en cuenta que para alquilar una moto te piden el pasaporte. y el mío está en la embajada china. pregunto en un par de lugares si me la pueden alquilar igual, ofrezco dejar dinero y hasta la netbook como garantía, pero no hay caso.
cuando sale del trabajo florence me viene a buscar al internet (que es el mismo que alquila motos), al lado hay un restaurante indio donde comí ayer, le invito a flor un panqueque, y mientras estamos ahí, aparece sean, un australiano que conocí en vientiane, acaba de llegar del plateau, viene a entregar la moto, nos quedamos charlando un rato, me cuenta que le encantó.
flor y yo volvemos al hogar dulce hogar, cocino para las dos unos vegetales y un postre inventado de batata y leche de coco. escuchamos música argentina, le paso un par de discos. hablamos de los escandinavos, de pequeño jardín, de música, de rusia, de poesía. la noche discurre plácida aunque todavía estoy un poco embroncada con lo de la moto pero no tanto, tengo una resignación extraña. mañana veremos si convenzo a los del otro local o me voy en bus y ya.

martes, junio 29, 2010

primer aniversario

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hoy se cumple exactamente un año desde que salí de buenos aires.
un año que a veces me parece un siglo y otras, un instante.
fueron 14000 kilómetros en india y 6000 entre tailandia, malasia y laos, nada menos que 20000 km sin contar los vuelos. y es mucho recorrido por fuera, pero creanme que ha sido más por dentro.
me tocó recorrer sin mapa, sin brújula, sin guía, a tientas. y muchas veces me costó encontrar el camino. en la ruta encontré lágrimas fluyendo como las cataratas de luang prabang, risas exhuberantes como la selva de taman negara, enojos filosos como los corales de ko lipeh, abrazos cálidos como las tardes en jaisalmer, decepciones profundas como las cavernas de vang vieng, alegrías prístinas como las playas de ko tarutao, tristezas infinitas como océanos, dolores antiguos como las ruinas de khajuraho, broncas caoticas como los bazares de delhi. me encontre navegando en aguas tranquilas como en los backwaters de allepey, enfrentando vientos como los del desierto del thar, desafiando tormentas rabiosas como las de vang vieng, disfrutando calmas absolutas como las de orchha.
ví todos los paisajes: los más oscuros, los más explosivos, los más serenos, los más alegres.
fue una exploración profunda, caótica, desordenada, desigual, en ráfagas.
un recorrido sinuoso a veces, lineal otras, fascinante siempre. y todavía queda mucho más. pero el camino es por dentro.

lunes, junio 28, 2010

dos días en 4000 islas

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con la visa china en proceso, me despedí de mathias tras un mes de viaje conjunto y puse proa hacia el sur de laos.
el viaje resultó mejor de lo que pensaba, en un bondi que en vez de asientos tenía camas y a pesar de que saltaba un poco, creo que desmayé todo el trayecto. en un momento abrí los ojos, estaba amaneciendo. el sol asomaba apenas al final de la ruta, inundando todo de una luz tibia y naranja.
está nublado, llueve un poco, el paisaje es verde y plano. se siente raro estar sola otra vez, cargar la mochila, dormir en un bus. hace tiempo que no tomaba buses nocturnos, más de un mes, el último fue desde lomsak a chiang mai.
llegué a pakse antes de las 7, sin estar muy decidida si quedarme o irme, había mandado un couch request la noche anterior pero obviamente no sabía si me habían respondido. el bus a 4000 islands salía a las 7, 10 minutos para decidir, pensé en que si decidía ir otro día iba a tener que madrugar, tomar un tuk tuk a la terminal y todo eso, así que compré boleto y me fui.
de donde me dejó el bus tengo que tomar un bote, 10 mil kips, sale caro moverse. el bote va a pleno, es un viaje corto, llegamos a don det, el pueblo es una callecita de arena y tierra con restaurantes y hoteles a los lados, todo bastante precario.
enfilo para el lado del sunset, para el oeste, ahí queda el lugar que me dijeron, lo encuentro, es barato, está bien, me quedo. es un bungalow minúsculo pero con un porch bonito frente al río y con dos hamacas, aunque falta wifi para tener el combo completo.
me doy una ducha, me siento a escribir, a leer, a corregir, me quedo dormida, a las 4 y algo tengo hambre, quiero terminar de corregir lo de identity, acá la internet escasea y mucho. termino cerca de las 5, el horizonte acuático se va poniendo dorado, salgo a caminar bordeando la costa, salpicada de bungalows en la primera parte y de casas en la segunda. hay botes en el río, están pescando, hay chicos en la costa jugando, hay gente bañándose, lavando ropa. el agua parece marrón y espesa, y como su nombre lo indica, hay montones de islas e islotes. camino, las casas flotan sobre pilotes para cuando viene la crecida, la gente sonríe y saluda mucho, pareciera más pobre que el norte, percibo algo vagamente latino que me recuerda a manu, a rurre, a isla fuerte. hay gallinas y chanchos, hay perros y gatos, y hay infinidad de chicos.
el camino se angosta, ya casi no hay casas, se diluye mi esperanza de que este camino de la vuelta y vaya para "el centro" o al menos hacia algún lugar donde pueda encontrar un lugar para comer. igual, el sol enciende el agua del río, todo se tiñe de naranja, prefiero ir lento y disfrutar la vista, por media hora más no me voy a morir de hambre aunque no comí nada en todo el día excepto por dos bananitas y unas obleas. cuando me resigno a que no hay salida para este lado pego la vuelta, voy por donde vine, voy para el centro, encuentro un restaurant de comida india, 10000 por malai kofta, ceno sola y vuelvo sola, no son ni las 8, creo que a las 9 juega argentina contra méjico. hay luna llena e infinidad de mosquitos, me tiro un rato, salgo para ver el partido pero no era hoy, está jugando uruguay, me acerco a ver, resulta que hay un argentino, le copo la mesa, charlamos un rato, miramos el partido, me quedo más por inercia que porque me interese, uruguay gana, me tomo un chocolate caliente, es con leche condensada, chocolate caliente para el alma.

duermo, una vez que espanto la nube de mosquitos y acomodo el mosquitero, leo un poco y duermo. me despierto no tan temprano como venía acostumbrando, abro los ojos cada tanto pero me convenzo de un ratito más, aunque tengo intención de alquilar una bici y cuanto antes salga mejor. apenas antes de las 9 me levanto, me baño, voy en busca de un bici. consigo una por 8000, debería también buscar algo para desyunar, no hay frutas en ningún lado excepto en los restaurantes y, obviedad, son caras. algo surgirá por el camino, mucho hambre ahora no tengo. pedaleo por la costa este, bungalows por todos lados, hamacas, mariposas, chicos. luego el camino abandona la costa, sigue por el centro, es verde pero no hay arroz en estos campos, sólo pasto, hay algunos búfalos de agua vagando por ahí. que animal raro es, es una mezcla de vaca y rinoceronte, como una vaca antigua.
cruzo unas nenas preciosas y paro a sacarles fotos, el aro de mi cámara se vuelve a caer (se le salió un tornillo hace varios meses ya, y lo vengo reemplazando con fosforos pero cada tanto se zafa), una de las nenas se lo quiere poner como pulsera. se siente como india, me piden cosas, me meten las manos en los bolsillos, me revisan el bolso. no sé muy bien que hacer, sinceramente no es un comportamiento que quisiera alentar.
llego hasta el final del camino, es el final de la isla, hay un puente que cruza a la isla siguiente por donde alguna vez cruzó un tren. lo cruzo, pero para entrar a la isla siguiente hay que pagar 20000 kip, mucha plata, no creo que sea muy diferente de acá, el tipo me dice son dos dolares y medio, uf, señor, si usted supiera, con eso en esta isla pago comida y alojamiento. me doy la vuelta, vuelvo por el mismo lado este pero más por la costa, compro unas bananas fritas riquísimas, paro en una sombra para manotear la bolsa y descubro un árbol lleno de mariposas, es mágico, lástima que no saldrá en fotos porque hay luz en contra, pero si lo vieran, hay 6 o7 mariposas revoloteando en cada racimo de flores, todo el árbol es flores y mariposas, naranjas, blancas, amarillas, negras, detenidas, volando y revoloteando, jugando. sigo un poco más, veo una mujer tejiendo una red de pesca, me detengo un rato a sacarle unas fotos, cómo odio no poder comunicarme.
sigo a pedal, ya estoy en el centro que no es más que una aglomeración de restaurantes, me encuentro con una australiana que estaba ayer en el mismo restaurante donde pasaban el partido de uruguay, me quedo charlando con ella, tiene un acento raro, no me cautiva su charla pero está bien.
me invita de su comida, no puede liquidar unas lentejas acuosas que pidió, yo no le hago asco a nada y dejo el plato limpito. ya el calor aprieta fiero, mejor hacer un poco de nada. vuelvo al bungalow, ella está parando enfrente nomás, le digo que si quiere alquilarse una bici vamos a pedalear a la tarde.
me doy un baño, se me rompen las ojotas, un día voy a escribir sobre las ojotas de este viaje, tengo que ver como las voy a arreglar, encuentro una lonelyplanet de laos en español, la leo un rato, me cuesta concentrarme en eso, abro la pc porque tengo algo para corregir pero no lo encuentro, me pongo a ver una peli que me habían recomendado, un compromiso muy largo con la hermosa de audrey tatou. ay, como la envidio a esta chica, no puede ser tan bella.
de pronto alguien me llama desde afuera, es lynn la australiana que alquiló una bici. vamos esta vez por la costa oeste, es todo chiquito, llegamos al puente, otra vez la misma historia, no voy a pagar así que pegamos la vuelta otra vez por el este, entramos por un camino central, pasa por un templo, lo están arreglando, saco unas fotos, unas chicas suizas que viajaron conmigo hasta pakse me contaron que a veces los monjes no eran tan célibes como parecían, mmm.
seguimos hasta el centro, veo una cara conocida, es karol, un irlandés que conocí en luang prabang con finnola, su novia. son linda gente, me alegra verlos, justo hoy pensaba que tenía que escribirles a ver si estaban por acá y mientras pensaba eso, pensaba también que no hace falta hacer ningún acuerdo, cuando uno se tiene que encontrar, se encuentra sin esfuerzo.
argentina juega a la 1.30, y quedamos con oscar, el argentino, en ver el partido. cenamos tipo 9 en una mesa multitudinaria y multinacional: estaban lynn la australiana, finnola y karol de irlanda, eric de EEUU, maili de nueva zelanda, un belga cuyo nombre no registré, oscar y yo. el bar estallaba con el partido alemania- inglaterra.
me siento rara a veces en esas situaciones sociales. como que no me interesan mucho. a veces sí, la charla es interesante, pero no siempre y yo me cuelgo en cualquier cosa no relacionada. cuando terminó el partido la mayor parte de la gente se fue, oscar y yo teníamos que esperar como 3 horas más, nos unimos a otra mesa llena de canadienses, aussies e irlandeses. tomamos unas cervezas, me dio un sueño atroz, no podía seguir ninguna charla y el partido que no empezaba.
al final arrancó, oscar y yo nos movimos más cerca de la tele, él hacía comentarios que yo no tenía la menor intención de responder, igual ni hacía falta. un gol, dos goles, miro con atención pero me importa tan poco el partido que cuando termina el primer tiempo me voy a la cama.
a la mañana me desperté temiendo resaca pero era puro cansancio y decidí irme a pakse. todavía no sé si iré a ver las cosas que hay que ver por acá, pero ya tengo que pensar en volver al norte. el jueves debería estar de vuelta en vientiane para buscar mi visa china.

jueves, junio 24, 2010

no rush

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de vang vieng nos vamos a vientiane, la capital de laos. es como un pueblo chico, como una versión asiática de santiago del estero, de casas bajas y ritmo lento. alguien me dice que Lao PDR (tal el nombre oficial del país) en realidad no quiere decir Popular democratic republic sino please don't rush (por favor no te apures). creo que tiene razón.
la mañana se me pasa puteando con un libro que tenía para corregir, la internet que no andaba, mi pimentero roto y un cambio de habitación. recién a las 11 me fui para la embajada china a tramitar mi visa.
fui caminando rapidito, son como 5 kilómetros y tenía la impresión de que cerrarían al mediodía. en efecto, no me equivoqué. llegué una hora más tarde, a las 12, y habían cerrado 11.30. el de la puerta me dice que a las 2 vuelven a abrir, me dedico a hacer tiempo. veo en el mapa que la embajada de mongolia está cerca, voy a averiguar también, también tengo que esperar, empiezan a atender a la 1.
en el camino, aunque apurada y a pesar de la mañana complicada, vengo contenta, con esta alegría inexplicable y profunda que me suele atacar con frecuencia. me surgieron un montón de ideas, iban brotando en mi cabeza mietras caminaba. así que cuando me dijeron que vuelva en una hora en la embajada mongola (?), me senté en la vereda de enfrente a escribir como una desquiciada. escribí a borbotones, 3 o 4 o 5 cosas nuevas para pequeño jardín.
se hizo la una, fui a por la visa mongólica, claro que debía dejar el pasaporte y no puedo porque lo preciso para la otra visa, así que no hago nada más que perder 15 minutos, sólo me restan otros 45 para volver a la china. no hay un gramo de sombra en la calle, me siento lejos, paciencia.
a las 2 voy a la puerta y me dicen que no, que sólo por la mañana. cómo? pero si él me dijo! ruego, imploro, por favor, por favor, por favor, al final dicen sí, si es nomás completar un formulario, no me importa si luego tarda cinco días, lo que no quiero es tener que volver dos veces acá.
vuelvo caminando, sonriendo, cantando aunque un poco también derritiéndome, pero qué importa. en una semana tendré visa para china.

miércoles, junio 23, 2010

buscando la laguna azul

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finalmente decidimos alquilar bicicletas, aunque nos costó arrancar. salimos pasado el mediodía con un calor húmedo y pegajoso en busca de una laguna azul. la ruta desigual y pedregosa convertía mi cuerpo en un sonajero. al poco de salir paramos en un puesto-restaurant-kiosco, compro rambutanes, una fruta roja y peluda por fuera y blanca por dentro, de textura y sabor parecidos a las uvas; mathias se deja robar por una sprite que sale carísima. ya estamos hechos agua, me mojo la cabeza antes de seguir.
entramos en un desvío para ver una cueva, el camino era aún peor: piedras, subidas, bajadas, calor. estamos ensopados. llegamos a la cueva, adentro está fresco, tenemos una linterna muy mala, nos escurrimos detrás de un trío que va delante nuestro pero sus linternas tampoco ayudan mucho, no sabemos muy bien que es lo que hay para ver, tras intentar caminar acurrucados por una rendija a 45 grados, decidimos salir.
otra vez la ruta coctelera, hay que bajar de la bici y caminar. volvemos a la ruta principal, la promesa de una laguna azul al final del camino nos mantiene vivitos y pedaleando, el camino mejora sensiblemente, pedaleamos entre cielos reflejados en los arrozales.
cruzamos un puentecito de ensueño, abajo un río verdiazul ronronea manso, compramos un ananá, seguimos pedaleando, pasamos por unos pueblos, sabaidee.
llegamos a la caverna y lago, que no es lago sino río, que no es azul sino verde. nimiedades, el punto es que nos podemos bañar. a un lado del puente el agua está llena de púberes ingleses, del otro lado el río solo para nosotros.
mathias no es muy amante del agua, chapuzón y sale, yo me quedo flotando un rato, dejándome acariciar por la corriente. nos sentamos a cantar y charlar un rato, le entramos al ananá, subimos a la caverna, ni idea teníamos que serían tantos escalones, casi hay que subir toda la montaña, una vez arriba otra vez hay que descender casi lo mismo pero por adentro del cono de roca. el primer recinto es enorme y entra luz. tiene una acústica increíble, canto el ave maría sólo para probarla. no nos metemos muy adentro, la linterna es casi inútil y estamos con poco ánimo explorador. bajamos y otra vez al agua, serán pasadas las 5 cuando empezamos a regresar. que feliz me hace pedalear, voy cantando a todo lo que dan mis pulmones. pasamos otra vez por el puentecito de ensueño, mathias sugiere que cenemos ahí, sino fuera porque pronto estará oscuro suena genial, corremos el riesgo.
la gente es superamable y la comida está bien, compramos otro ananá para mañana, apuramos la pedaleada, ya no queda nada de sol, no es muy fácil con las rocas pero ya casi llegamos, las cosas en el canasto de la bici saltan como poseídas, voy perdiendo las frutas que compré como una gretel a pedal.
antes de cruzar el puente sacamos unas fotos, ya está oscuro pero ya estamos de regreso. ya sobre el asfalto, elijo seguir con la pedaleada un poco más.
la bici y yo nos merecemos pedalear sin saltar, romancear un rato sobre terreno amigable.

lunes, junio 21, 2010

rayos y centellas

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son las 3 am y no hay luz. desde hace dos horas cae afuera la tormenta eléctrica más magnífica y violenta que recuerdo. llueve, como diría charly, hermosa y salvajamente.
abro la ventana y me asomo, cada gota es un bautismo, un beso, una herida.
los rayos atraviesan la negrura horizontalmente, quiebran rabiosamente el telón de la noche. están escribiendo instantáneos mensajes secretos con trazos de luz. dibujan cada vez el contorno de las montañas en el horizonte. encienden el día por un microsegundo.
mi corazón se estremece, pero no de miedo, es pura adrenalina. lástima que mi compañero de cuarto desconozca la noción de romanticismo. los sapos se despiertan, compiten con los grillos y las gotas quien entona mejor esta canción de cuna.
abro de par en par las ventanas, que penetre esta lluvia fabulosa, este viento mojado de luces fugaces.

viernes, junio 18, 2010

una imagen

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estoy un poco atrasada con la escritura. es que en laos hay muchas mariposas...

(vean más fotos en picasa, como siempre)

miércoles, junio 16, 2010

en el camino

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el día después de la fiebre atroz, me levanté tempranísimo. el mundo ya no giraba tanto, o mi cabeza parecía estar más en su lugar. me duché, acomodé mis cosas y salí a la calle. caminé un rato, son tan hermosas estas callecitas... el río asomando al final de la esquina, los techos rojos, los árboles, infinidad de mariposas, bicicletas, monjes.
tengo el atrevimiento de preguntar cuanto sale alquilar una bici. me río de mí, qué loca estoy. apenas puedo estar en pie! entro a un templo, voy al mercado, entro por una calle angosta que no conocía, al menos no la conocía llena de puestos de verduras y frutas. paradójicamente, tampoco reconocí la avenida por la que iba, desnuda ahora de los puestos del mercado nocturno de artesanías. todo tiene una rutina horaria particular en laos. son apenas las 8 am, y hay puestos que ya están cerrando!
compro jengibre para mi garganta malherida, me da gusto poder preguntar en lao y entender la respuesta. no es que haya aprendido tan rápido, pero es que se parece mucho al thai. averiguo por los buses a vang vieng y decido tomarme uno ese mismo día.

vuelvo al hotel a armar la mochila, a empacar. cómo se dice "enmochilar"? no hay una palabra para eso en castellano. en inglés tampoco, para todo dirían "pack". pero no es lo mismo decir empacar que enmochilar, armar la mochila. empacarse es también encapricharse, tararse, detenerse, negarse a moverse. o sea, todo lo contrario a la idea de enmochilar.

seis horas de viaje. voy moviéndome de una ventanilla a la otra, sumergiéndome en el paisaje. montañas verdes suben y bajan a cada lado. cada tanto, como hongos silvestres, brotan algunas casas a los lados de la ruta, muchas de ellas suspendidas sobre el risco encaramadas a finísimos pilares chuecos. cada tanto el río asoma desde el abismo, marrón y caudaloso. hay un eco lejano al valle sagrado del cusco.
hay infinidad de chicos. pasa una mujer con su crío atado en la espalda, después dos nenas con canastos en la espalda llenos de leña. dos chicas cargan montón de bidones, adivino que irán a buscar agua. un tipo corta leña, chorrean los mocos en la cara de un enano de dos años, tres pibes juegan a la pelota, una mujer acomoda unas hojas verdes, llueve un poco. en cada rancho hay una escena que quisiera fotografiar.
pienso que igual, más que la foto, quiero la historia.
quisiera viajar in eternum, saber cada idioma, poder parar en cada casa y charlar con cada uno de ellos. saber que les pasa, cómo viven, qué piensan, qué sienten.
es que cada rostro es una historia.
si nomás saco la foto, yo armo el relato. pero si ellos me lo contaran, la foto simplemente sería para mí un anclaje para ese texto.
nada más que una imagen atada a tanto significado.

fiebre con gusto no pica

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entre las cosas que hay para hacer en luang prabang, hay que ir a visitar una catarata.
acostumbrada a las decepciones cataratiles tailandesas, de aguas  marrones y mezquinas, fui sin la menor expectativa. y cuando llegué, encontré un lugar como éste:


quizás más de una decena de piletas de agua azul cristalina, saltos, cascadas y cascaditas. y lo mejor de todo, uno se puede bañar! con los 35 grados que debe hacer de mínima cada día, un chapuzón es un regalo divino.
obvio que desde que llegué hasta que me fui, estuve chapoteando cual coca sarli, remojando mis partes nobles e innobles también, y hasta zambulléndome desde las piedras en épicos clavados. volví extenuada pero fresquita.
a la noche, aún con treinta y pico de grados, tengo piel de gallina. algo no está bien, tengo frío.
mmm, no tengo termómetro pero no hace falta: evidentemente tengo fiebre.
al día siguiente, placas en la garganta, fiebre, temblar, dormir tapada con dos frazadas, fiebre, baño con agua fría, té de jengibre, antibióticos.
creo que es la primera vez que me enfermo de verdad en este año. bueh, me engripé una vez en india. pff, estoy hecha una pinturita. jovi.