con la visa china en proceso, me despedí de mathias tras un mes de viaje conjunto y puse proa hacia el sur de laos.
el viaje resultó mejor de lo que pensaba, en un bondi que en vez de asientos tenía camas y a pesar de que saltaba un poco, creo que desmayé todo el trayecto. en un momento abrí los ojos, estaba amaneciendo. el sol asomaba apenas al final de la ruta, inundando todo de una luz tibia y naranja.
está nublado, llueve un poco, el paisaje es verde y plano. se siente raro estar sola otra vez, cargar la mochila, dormir en un bus. hace tiempo que no tomaba buses nocturnos, más de un mes, el último fue desde lomsak a chiang mai.
llegué a pakse antes de las 7, sin estar muy decidida si quedarme o irme, había mandado un couch request la noche anterior pero obviamente no sabía si me habían respondido. el bus a 4000 islands salía a las 7, 10 minutos para decidir, pensé en que si decidía ir otro día iba a tener que madrugar, tomar un tuk tuk a la terminal y todo eso, así que compré boleto y me fui.
de donde me dejó el bus tengo que tomar un bote, 10 mil kips, sale caro moverse. el bote va a pleno, es un viaje corto, llegamos a don det, el pueblo es una callecita de arena y tierra con restaurantes y hoteles a los lados, todo bastante precario.
enfilo para el lado del sunset, para el oeste, ahí queda el lugar que me dijeron, lo encuentro, es barato, está bien, me quedo. es un bungalow minúsculo pero con un porch bonito frente al río y con dos hamacas, aunque falta wifi para tener el combo completo.
me doy una ducha, me siento a escribir, a leer, a corregir, me quedo dormida, a las 4 y algo tengo hambre, quiero terminar de corregir lo de identity, acá la internet escasea y mucho. termino cerca de las 5, el horizonte acuático se va poniendo dorado, salgo a caminar bordeando la costa, salpicada de bungalows en la primera parte y de casas en la segunda. hay botes en el río, están pescando, hay chicos en la costa jugando, hay gente bañándose, lavando ropa. el agua parece marrón y espesa, y como su nombre lo indica, hay montones de islas e islotes. camino, las casas flotan sobre pilotes para cuando viene la crecida, la gente sonríe y saluda mucho, pareciera más pobre que el norte, percibo algo vagamente latino que me recuerda a manu, a rurre, a isla fuerte. hay gallinas y chanchos, hay perros y gatos, y hay infinidad de chicos.
el camino se angosta, ya casi no hay casas, se diluye mi esperanza de que este camino de la vuelta y vaya para "el centro" o al menos hacia algún lugar donde pueda encontrar un lugar para comer. igual, el sol enciende el agua del río, todo se tiñe de naranja, prefiero ir lento y disfrutar la vista, por media hora más no me voy a morir de hambre aunque no comí nada en todo el día excepto por dos bananitas y unas obleas. cuando me resigno a que no hay salida para este lado pego la vuelta, voy por donde vine, voy para el centro, encuentro un restaurant de comida india, 10000 por malai kofta, ceno sola y vuelvo sola, no son ni las 8, creo que a las 9 juega argentina contra méjico. hay luna llena e infinidad de mosquitos, me tiro un rato, salgo para ver el partido pero no era hoy, está jugando uruguay, me acerco a ver, resulta que hay un argentino, le copo la mesa, charlamos un rato, miramos el partido, me quedo más por inercia que porque me interese, uruguay gana, me tomo un chocolate caliente, es con leche condensada, chocolate caliente para el alma.
duermo, una vez que espanto la nube de mosquitos y acomodo el mosquitero, leo un poco y duermo. me despierto no tan temprano como venía acostumbrando, abro los ojos cada tanto pero me convenzo de un ratito más, aunque tengo intención de alquilar una bici y cuanto antes salga mejor. apenas antes de las 9 me levanto, me baño, voy en busca de un bici. consigo una por 8000, debería también buscar algo para desyunar, no hay frutas en ningún lado excepto en los restaurantes y, obviedad, son caras. algo surgirá por el camino, mucho hambre ahora no tengo. pedaleo por la costa este, bungalows por todos lados, hamacas, mariposas, chicos. luego el camino abandona la costa, sigue por el centro, es verde pero no hay arroz en estos campos, sólo pasto, hay algunos búfalos de agua vagando por ahí. que animal raro es, es una mezcla de vaca y rinoceronte, como una vaca antigua.
cruzo unas nenas preciosas y paro a sacarles fotos, el aro de mi cámara se vuelve a caer (se le salió un tornillo hace varios meses ya, y lo vengo reemplazando con fosforos pero cada tanto se zafa), una de las nenas se lo quiere poner como pulsera. se siente como india, me piden cosas, me meten las manos en los bolsillos, me revisan el bolso. no sé muy bien que hacer, sinceramente no es un comportamiento que quisiera alentar.
llego hasta el final del camino, es el final de la isla, hay un puente que cruza a la isla siguiente por donde alguna vez cruzó un tren. lo cruzo, pero para entrar a la isla siguiente hay que pagar 20000 kip, mucha plata, no creo que sea muy diferente de acá, el tipo me dice son dos dolares y medio, uf, señor, si usted supiera, con eso en esta isla pago comida y alojamiento. me doy la vuelta, vuelvo por el mismo lado este pero más por la costa, compro unas bananas fritas riquísimas, paro en una sombra para manotear la bolsa y descubro un árbol lleno de mariposas, es mágico, lástima que no saldrá en fotos porque hay luz en contra, pero si lo vieran, hay 6 o7 mariposas revoloteando en cada racimo de flores, todo el árbol es flores y mariposas, naranjas, blancas, amarillas, negras, detenidas, volando y revoloteando, jugando. sigo un poco más, veo una mujer tejiendo una red de pesca, me detengo un rato a sacarle unas fotos, cómo odio no poder comunicarme.
sigo a pedal, ya estoy en el centro que no es más que una aglomeración de restaurantes, me encuentro con una australiana que estaba ayer en el mismo restaurante donde pasaban el partido de uruguay, me quedo charlando con ella, tiene un acento raro, no me cautiva su charla pero está bien.
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