en vientiane reencontré alguna gente que había cruzado en el norte y en el sur, fui a buscar mi visa para china, comí papas fritas, y sin muchas vueltas, esa misma noche me tomé otro bus -incomodísimo- a luang prabang.
en luang prabang me esperaba vicki, una argentina que vive en laos hace un año, trabaja para un organismo internacional. nos habíamos encontrado antes en vientiane, tenemos una amiga en común que nos puso en contacto, y como era su cumpleaños, decidió ir a pasarlo en luang prabang y yo fui a hacerle compañía.
es gracioso como suceden las cosas, de pronto estoy en un hotel boutique topísimo, un mimo absolutamente inesperado, todo es precioso y sirven el mejor desayuno que comí en largo tiempo (aunque el de florence no estaba nada mal, debo admitir).
las mesas están en una terraza entre los árboles junto al río, la vista es lindísima, me dan café y jugo, frutas, omelete, tostadas, mermeladas, muesli, yogur. llevo la pc, hay wifi del hotel de al lado, perfecto. mientras vicki hace los recorridos turísticos, yo escribo, trabajo, me paso el día entero sentada ahí, mirando el río fluir.
fue interesante compartir estos días con ella, sabe mucho y de algún modo siento que es un espejo interesante para mirarme. es comunicadora también, y mi primera impresión fue que por su carrera había relegado muchos aspectos de su vida personal. aún creo que es así, pero sin embargo noté en ella estos días una claridad, una sensibilidad que antes no había percibido.
me sentí cerca de ella en muchas cosas, y quizás si diez años atrás me hubiera puesto como objetivo mi carrera, podría estar en un lugar similar. me reí pensando en mi trajecito beige y mis zapatos taco aguja esperando en alguna caja debajo de mi cama en buenos aires. los volveré a usar alguna vez? cuánto de eso es aún parte mía?
hablamos de política, de comunicación y desarraigo, le pregunté cómo se sentía con su migración constante, que en algún punto se parece a la mía, excepto que la mía es más repentina, errabunda y desocupada. ella dice que su lugar es argentina, en pocos días termina su contrato en laos y volverá. dice que una vez que uno se desarraiga ya no es lo mismo, no puede arraigarse del mismo modo, y que hay que volver con respeto, hacia el lugar y hacia uno mismo. estoy de acuerdo. ojalá encuentre lo que busca, ya aprendió que no es dinero, ni trabajo, ni desarrollo profesional. quizás un compañero, lazos, raíces.
pienso en qué estoy buscando, si es que estoy buscando algo, o sólo me estoy dejando llevar. estoy escapando de algo? debería estar buscando algo?
no lo sé. en mi mundo pequeño, ombliguístico y naif, creo que si algo busco es la felicidad, aunque seguramente no podría definirla. me acordé de una mujer que conocí en arequipa, en perú, en la oficina de turismo. estaba averiguando por mercados de pulgas, buscaba tesoros, antigüedades, cosas raras. yo le dije que no sabía que estaba buscando y ella me dijo que no hacía falta, que mi corazón me indicaría que era en cuanto lo viera. quizás tenga razón. quizás ya lo encontré.
domingo, julio 04, 2010
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1 aportes al desconcierto general.:
Grueso lo que dice tu amiga vicki. Yo lo viví. Ya no podés volver a los viejos amigos. Tu país es otro y es este. Quedaste vagando en un limbo, no pasa ningún barquero, y no hay traslado aunque se llene la nave.
Tu mundo es pequeño y con flores en su ombligo. No te tires patrás, topi.
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