el tren me deposita en guilin dos horas más tarde de lo previsto, y jonathan me está esperando, paradito sobre un montículo escudriñando la manada de gente que sale de la estación, el pelo atado como siempre, la mochila lista al lado. nos damos un abrazo mientras aún tengo la mochila puesta y otro sin la mochila. es rara la primera impresión, sin dudas, hay que reconocerse en el sentido más literal de la palabra. cruzamos dos palabras acerca del viaje en tren, del mío y del suyo la noche anterior, compartimos un beedie, los mismos que yo le mandé desde calcuta a francia tres meses atrás, y decidimos seguir viaje a yangshuo.
bueno, él lo propone y yo estoy tan libre como hoja en el viento y tengo casi tanta idea de la china como mi verdulera de buenos aires, así que escucho y obedezco.
el bus sale de ahí mismo, es tan loco volvernos a ver después de tanto tiempo y así como si nada, hola que tal, seguimos de viaje como si nos hubiéramos visto ayer, como si no hubieran pasado 7 meses en el medio, las dos horas de viaje se nos pasan volando.
el paisaje de yangshuo es idéntico a vang vieng, las mismas montañas excepto que acá el río no es marrón sino transparente azulverdoso y que hay una cantidad asquerosa de restaurantes, hoteles, regalerías y luces de neón. no hay ciudad chica en china, parece, todo es grande, enorme, colorido, como una sobredosis western, como una exageración abusiva. es como florida en hora pico pero con turistas, especialmente chinos. parece que son las vacaciones.
al día siguiente ponemos el despertador a las 8, arrancamos a las 9 pasadas, tipo 10 alquilamos bicis y salimos río arriba vamos pedaleando por un senderito arbolado de sombra que casi todo el tiempo bordea el río, encantador. hace calor, mucho, ya sabemos que es así, transpiramos, paramos a sacar fotos.
llegamos a una especie de dead end cerca del río, no hay modo de avanzar con las bicis, debemos dar la vuelta. agarramos para el otro lado, pasamos por un pueblo, hay gente trabajando en los campos. los pueblos son de cemento, es curioso como uno espera que los pueblos, los villages sean de determinado modo, en laos las casas eran de bambu y madera, en india de adobe con techo de paja, en china son de cemento. jonathan me dice que quizás sea esta la china rural, y que nosotros estamos esperando encontrar un ideal romantico de village que ya no existe. temo que tiene razón. | | |
1 aportes al desconcierto general.:
Que triste, casas de cemento. Pobres cuerpitos...
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