tenemos una semana hasta que se me acabe la visa en china, y queremos ir a algún lado no muy lejos de beijing, pero no sabemos muy bien adonde.
al final nos decidimos por xingcheng, en la costa del mar amarillo. no es que el agua sea amarilla, pero se ve que les gusta el color... antes estuvimos en el río amarillo, es como un fijación, o una señal de daltonismo colectivo, vaya uno a saber.
está bueno ver el mar después de tanto tiempo, pienso. y pienso que tampoco lo voy a ver en largo tiempo, así que doble justificación.
tomamos un tren nocturno, sale como a las 3.40 am. no conseguimos asiento, vamos parados las primeras tres horas de un viaje de cinco, que inexplicablemente se convertirán en once. en vez de llegar antes del mediodía, recién bajamos del tren como a las 4 de la tarde. el cielo está bajo, bajísimo, y gris.
el polvo abunda por estos lados. es una ciudad de las que menos me gustan, de tamaño medio y cero encanto. es cierto que está el mar, y la playa no está mal, pero tampoco está bien. hay también un mercado oloroso de frutos de mar, una muralla y un parte vieja, que es idéntica a pingyao pero más chica y menos explotada, aunque les juro que nada de esto le aporta siquiera un poco de gracia.
miércoles, septiembre 01, 2010
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1 aportes al desconcierto general.:
Yo cero fútbol, pero tu combinación de blue skies con yellow river me dejó mal gusto de boca... :-P
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