martes, noviembre 24, 2009
rastafalsa!
el viento y la tierra del viaje hicieron lo suyo, y luego Jolene y yo, peine y paciencia en mano, tratamos de armar las rastas. pero mi pelo es tan rebelde que ni las rastas lo dominan! al 4 día de tener la cabeza como un nido de caranchos, decidí por mi bien y el de los demás, lavarme el pelo y fue el comienzo del fin. me lo tuve que peinar hasta desenredar el último nudo, así que no queda rastro de rastas... al menos por ahora.
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1 aportes al desconcierto general.:
hey, no lo trates así a tu pelo, que si mi pelo llovido se deja, el tuyo seguro también acepta; sólo tenés que hacerte trenzas como las "espigas de trigo" (en vez de manejar 3 mechones, trbajás con 2, sacando un pedacito -el externo- de cada mechon, para ponerlo en el medio)... y en vez de flojito, cerrarlo bien hacia arriba... y no hace falta dejar de lavarse la cabeza!
ah! si se escapa un mechoncito, con una aguja de crochet lo metés con los hermanitos. :)
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