llegamos tempranísimo a agra, como a las 3 y media de la mañana. qué hacer es la cuestión, el taj mahal abre a las 8, venimos en bus en bus desde las 4 de la tarde y tenemos sueño. claro que ir a un hotel ahora es un desperdicio, si tenemos la suerte de que esté abierto tenemos que pagar para hacer el check out a las 9 am y ni siquiera tenemos muy en claro en que parte de la ciudad estamos.
así que matamos el tiempo a chai y biri*, hasta que despeje el día o nuestras ideas. vamos por el segundo o tercer chai, se acercan buitres varios hasta que justo al lado nuestro se estaciona un rickshaw lleno de diarios y se baja un pibe de unos 20 que pregunta si precisamos algo. lo miramos mapa en mano y preguntamos donde estamos. nos indica más o menos, nos explica, nos ubica. charlamos un rato de agra, de que hacemos ahí, de que él estudia y tiene 3 hermanos varones, del reparto de diarios y de hoteles, y el pibe tira como al pasar que podemos ir a su casa hasta que se haga la hora de ir al taj mahal. si yo estuviera sola ni se me ocurriría ir, pero jonathan conserva intacta su confianza en la humanidad y dice vamos. así que cargamos las mochilas en el rickshaw y con los pies sobre las pilas de diario nos vamos a la casa de este chico que se llama algo como sacrir.
apenas está aclarando cuando llegamos a un portón grande. antes era una escuela, dice. cruzamos una quinta bien cuidada para llegar a una galería amplia donde convergen varias puertas, nuestro amigo se saca las ojotas y entra en la última, mientras nosotros esperamos afuera.
sale una mujer de la casa y se pone a limpiar una de las ollas que duermen en la galería. sacrir nos llama desde adentro: despertó a toda la familia para recibirnos a las 4 am. abuelo, tío y hermanos se restriegan la cara, adormilados y acomodados todos en dos camastros. hay una cama matrimonial también, pero esta vacía; un anafe en el piso y una tele.
la madre entra con la olla limpia y prepara chai. nosotros nos queremos matar por semejante recibimiento. tomamos una taza y nos ofrecen la cama grande que está libre. no sin culpa nos acostamos a dormir. entre sueños, lo veo a nuestro amigo durmiendo en el suelo.
a las 7 algo suena el despertador, ahora todo el mundo está despierto y la madre otra vez sentada en el piso frente al anafe prepara chai y tostadas.
desayunamos, todos nos acompañan a la puerta como si fuéramos celebredidades, nos sacamos fotos, nos subimos otra vez al rickshaw con las mochilas, esta vez sin diarios y nos lleva casi de regreso a donde estábamos, para que podamos ir a ver el taj mahal, que es lo que vinimos a ver acá. sin embargo, tengo la sensación de que ya vimos lo más importante.
*cigarrillo también conocido como el malboro indio, hecho a mano con hojas de tabaco.
miércoles, noviembre 04, 2009
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