martes, mayo 22, 2007

el gato negro


pasé por el gato negro. y cada vez que paso por ahí, no puedo evitar colgarme en la vidriera mirando las prolijísimas cajitas de especias, imaginando cada aroma, cada sabor...
entré. y cruzar la puerta ahí es bastante más que cruzar la puerta, porque implica entrar a un pequeño paraíso de placeres, primorosamente ordenados en frasquitos sobre los estantes de madera.
me acordé del post de jane, a moler café y me dí cuenta que lugares como el gato negro hacen que me maraville tanto esta ciudad.
compré algunas cosas, pocas. pero no importa. ahora tengo menta y vainilla y sésamo negro. ya veremos que sale.

1 aportes al desconcierto general.:

Unknown | 23 mayo, 2007 11:07

yo me compraría todo, pero como no soy de experimentar en la cocina quedaría en la alacena pudriéndose, así que cuando paso por ahí me tomo un café, miro todo lo que puedo y me voy contenta...