la ciudad prohibida es un mundo aparte. recorrerla lleva un día entero de caminar por un laberinto de turistas, pasajes, suntuosos edificios bordó y hasta varios parques. es majestuosa, sin dudas, pero sin dudas sería más disfrutable con unos miles de turistas menos.
más afuera del primer anillo (beijing está rodeado de avenidas concéntricas amplísimas y con carriles exclusivo para bicis) hay rascacielos, centros comerciales y algunos parques muy bonitos, y por todos lados hay muchas cosas para ver y hacer, y muchos chinos.
buscando evitar las masas, el martes salimos con las bicis a la noche. pasamos por la zona de los bares, llena de ex-pats, cigarrillos truchos y luces de neón. después por la de los restaurantes, iluminada de farolitos rojos, aromas potentes y autos caros.
eran pasadas las dos cuando seguimos hacia el centro y comenzamos a notar finalmente que no había tanta gente en la calle. pedaleamos por la torre del reloj, la torre del tambor, los hutongs y los lagos cerca de la ciudad prohibida. para cuando llegamos a la entrada, eran como las 4. sacamos fotos, damos la vuelta hasta la plaza, ya en la esquina se adivina el banderín típico de los guías. en cosa de minutos, aún bajo el rocío de la madrugada, la plaza se llenó de gente con banderitas chinas que venían a presenciar el izamiento de la bandera.
huimos hacia el teatro nacional, un edificio hipermoderno, redondeado, como si fuera un rascacielo derretido. todavía no sale el sol, y ya montón de chinos están corriendo, paseando sus perros, haciendo taichi.
tras un stop para desayunar, seguimos hacia el sur, al templo del paraíso. 8 am, cientos de bicis ya están estacionadas en la entrada del parque. adentro, infinidad de chinos haciendo gimnasia, bailando con abanicos y espadas, jugando al badmington, cantando en un coro, escuchando una orquesta, paseando sus perros y pájaros (se los juro, los pasean en sus jaulitas!).
volvemos casi al mediodía bordeando la única parte que quedó de la antigua muralla de la ciudad, tomamos la avenida principal hacia el este, un enjambre de bicis, taxis, buses y autos ocupa todos los carriles.
tengo montón de fotos pero no puedo subir ninguna, otra vez se me rompió el proxy (?).
acá, una de jonathan.

1 aportes al desconcierto general.:
Lo del proxy roto no es de un sacristán, de un clérigo, ni siquiera decent...
Estuve ausente por unos días... y se posteó todo!!!
Otra vez el síndrome del perro callejero y el repellent???
Yo estoy tratando de disimular el olor a repelente, que encontré en la vida algo que me dejó ya sin una sed de agua. Me siento Quiroga, digamos. Entrelíneas, sí.
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