Andén del subte, 11.30. Señor alto esperando.
Llega la formación. Subo y detrás mío, el sr.
-AYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY!!
desgarrador, el grito del señor alto que no entra por la puerta, inunda el vagón y atrae todas las miradas. El pobre se agarra la cabeza... el espamento es tal que alguien le ofrece el asiento...
y yo no sé como aguantar la risa!
miércoles, enero 31, 2007
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1 aportes al desconcierto general.:
No debemos olvidar que los subtes (por lo menos, los de la línea B) están dimensionados a las escuetas anatomías de los orientales, lo cual muchas veces es incompatible con nuestras (a veces) generosas medidas.
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