viernes, octubre 01, 2010

contigo aprendí


hace frío en tetserleg, como a 8 horas en bus de ulaan bataar entre caminos de asfalto y huellas polvorientas. armamos la carpa cerca del río justo antes de que se haga de noche. amaneció con lluvia y despues de evaluar las condiciones climáticas levantamos campamento hacia la ciudad, tenemos más ganas de una comida caliente que de un resfrío. está fresco, sí, tanto como para gorro y guantes que no tenemos. encontramos lana, desentierro la aguja de crochet que hace mucho duerme en el fondo de un bolsillo, tejo, tejo, tejo. estamos acá para ir a otro lado, llamado tsagaan nuur y para ir hay que buscar un jeep y/u otros que también quieran ir. dos ingleses y una francesa, mucho regateo y una minivan que tarda 8 horas en recorrer 150 km, a las 9 pm estamos en tariat, nos quedamos en el lugar donde el conductor de la van consiguió un tongo (en su beneficio, claro está) y buscamos infructuosamente un lugar para comer. sale pan con miel, fideos secos, manzanas y galletitas, en un picnic nocturno improvisado en la habitación con nuestros compañeros eventuales.
al otro día sale el sol. un gorro está terminado, seguimos por los guantes pero la lana empieza a escasear. mientras esperamos que todos estén listos y hacemos las compras de último momento, se nos pone a hablar una mujer mongola con un inglés casi impecable, se llama tunga y es maestra de inglés. tiene una guest house, o está armando una, nos da datos del lago, me comenta sobre el tejido. le pregunto si se consigue lana por acá, me dice que no pero que ella tiene para hilar. ay, siempre quise aprender a hilar! quedamos en que me enseñará al volver del lago y en alegre y gringo montón nos despedimos.
no es que yo sea argentina, pero después de la patagonia, a este lago le falta magia o al menos le faltan árboles alrededor. el chiflete en la costa es helado, subimos la montaña en busca de reparo, mucha leña al fuego y vodka mongol calientan la velada. al dia siguiente, j y yo volvemos a tariat, descubrimos que no hay restaurantes en el pueblo, vamos a la casa de tunga. nos ofrece quedarnos ahí a cenar y dormir, obvio que hay que pagar, muchas otras opciones no tenemos y acá está calentito.
mientras nos acomodamos, tunga baja del altillo una bolsa con vellón y huso, me explica como hilar, me entretengo toda la noche haciendo girar ese trompo. comemos unos fideos bien mongoles y los nenes lavan los platos. dormimos todos en un mismo cuarto, que es el único ambiente de la casa además de la cocina, tunga, sus dos hijos, jonathan y yo. el marido de tunga está en ulaan bataar, volverá en unos días. también está en UB su hija de 11, que estudia circo. parece que los mongoles tienen tradición en el contorsionismo y el sueño de la niña -o de la madre- es ser parte del cirque du soleil. la familia amanece temprano, nosotros queremos recuperar el sueño cedido al frío en la noche previa. tunga me dice que volverá en una hora y que ha dejado la masa para hacer donaughts, rosquitas en criollo. cuando vuelve ponemos manos a la obra, hacemos rosquitas para un batallón y medio, arde la cocina de hierro y las rosquitas se doran en la grasa caliente.
a la tarde nos vamos de excursión a un volcán que está cerquita. parece chiquito, pero un mar de roca negra lo rodea. ha escupido mucho fuego este muchacho, pienso, y me acuerdo del principito.
volvemos a lo de tunga, esta noche cocino yo: papas fritas y una especie de guiso de-lo-que-hay que no está tan mal. tunga comenta mis habilidades cocineriles- tejedoras, le digo que aprendí de mi mamá. y ella me dice que tuve mucha suerte de tener una madre que me haya enseñado tantas cosas. y yo digo sí, claro que sí, tuve mucha suerte de que me haya enseñado a coser y a tejer, pero tengo mucha más suerte de que me haya criado independiente y sin miedos.

feliz cumple, ma. gracias.

3 aportes al desconcierto general.:

El Salva | 03 octubre, 2010 23:29

Buenísimo, Pauli

El Salva | 03 octubre, 2010 23:30

Buenísimo, Pauli

kika | 04 octubre, 2010 10:53

Feliz cumple doña mamá de p. :)