no sé si llamarlo argentinidad o porteñidad.
el caso es que ayer nos juntamos a comer ñoquis y después fuimos a escuchar a dolina al paseo la plaza.
impecable.
miércoles, julio 30, 2008
lunes, julio 21, 2008
mmm*
asqueroso. un lunes asqueroso, lluvioso, pegajoso, ventoso y todos los oso que quieran agregar, y además frío, helado y tan pero tan lunes que debieran haberlo borrado del calendario o en su defecto, haber declarado asueto general y asegurar cucharita y mate en la cama para todo el mundo.
por suerte ya no llovía cuando salí del trabajo (a veces me maravillo con mi optimismo para ver las cosas: cuando salí ya no llovía porque salí como tres horas más tarde) así que volví caminando.
y supuse que hubo mucho viento, porque ví muchos paraguas tirados, rotos, abandonados en la calle. inservibles ahora, descartados por sus dueños, inútiles para siempre.
no me gustan los paraguas, no los uso jamás. pero al verlos así, moribundos, sentí algo de pena.
*mmm, sigla para monday morning mood: anglicismo. estado de ánimo propio de los lunes a la mañana.
por suerte ya no llovía cuando salí del trabajo (a veces me maravillo con mi optimismo para ver las cosas: cuando salí ya no llovía porque salí como tres horas más tarde) así que volví caminando.
y supuse que hubo mucho viento, porque ví muchos paraguas tirados, rotos, abandonados en la calle. inservibles ahora, descartados por sus dueños, inútiles para siempre.
no me gustan los paraguas, no los uso jamás. pero al verlos así, moribundos, sentí algo de pena.
*mmm, sigla para monday morning mood: anglicismo. estado de ánimo propio de los lunes a la mañana.
viernes, julio 18, 2008
efectos colaterales
resulta que como consecuencia de la bruta faringitis pultácea que azotó mi cuerpecillo hace tres semanas ya, me quedó un oído medio tapado.
a veces, escucho mi respiración como si fuera una peli de terror; otras, cuando canto, tengo una especie de "retorno" incorporado.
la mayor parte del tiempo, es como tener la cabeza sumergida en una pileta.
a veces, escucho mi respiración como si fuera una peli de terror; otras, cuando canto, tengo una especie de "retorno" incorporado.
la mayor parte del tiempo, es como tener la cabeza sumergida en una pileta.
domingo, julio 13, 2008
and the winner is...
el otro día, recorriendo blogs ajenos, reparé en que muchos se otorgan premios entre ellos. es como una especie de epidemia premiativa: te dan el premio y vos se lo tenés que dar a cinco o diez o ene blogs.
como nunca me dieron uno, mi autoestima decidió que no eran tan importantes.
hasta que el otro día, delirius jeje me invitó a "ser partícipe" en su 100° post, otorgándome su premio aniversario:
por suerte éste no lo tengo que repartir a nadie, es para mí solita. pero lo dedico a todos los que están leyendo esto.
como nunca me dieron uno, mi autoestima decidió que no eran tan importantes.
hasta que el otro día, delirius jeje me invitó a "ser partícipe" en su 100° post, otorgándome su premio aniversario:
por suerte éste no lo tengo que repartir a nadie, es para mí solita. pero lo dedico a todos los que están leyendo esto.
más o menos relacionado con
cuek
jueves, julio 10, 2008
lost
¿vieron esos días en que se supone que deben hacer algo pero todos los signos indican que no? bueno, yo creo bastante en esa especie de conspiración astral para que las cosas sucedan o no. sólo que a veces no le hago caso.
ayer tenía una cena en coghlan. estaba fusilada, tras dos días de bicicleteadas intensivas, caminatas varias y una fiesta d'rock en el salón pueyrredón, donde al son de la música escogida por la grosa de pit , gastamos la pista.
volví a casa tras 20 km de pedaleo, vi una peli, me quedé un poco dormida... y sin dudas, tenía más ganas de quedarme en casa. pero hacía muchos días que no veía a estos amigos, así que tipo 10 tomé coraje, me abrigué y salí.
el único bondi que me lleva es el 19, que pasa como a 10 cuadras de mi casa. me gusta caminar. tras estar ¿25?¿35? minutos echando raíces en la parada, estuve a punto de desistir. volví media cuadra y ví venir el 19. corrí, me subí, yastá. eran las 22.45 o por ahí.
bueno, el bondi agarra por superí... me tengo que bajar después de monroe... aunque no es la primera vez que iba, no conozco nada por ahí.
no sé si me dormí o simplemente me colgué, pero me pasé.
el colectivero, exageradísimo, me dijo que estaba como a 30 cuadras; que esperase el 19 de vuelta para el otro lado. llamé a mis amigos, me dijeron que estaba a 10 cuadras. promedié entre la exageración del chofer y el ánimo de mis amigos. mi reloj marcaba las 23.10 y temí envejecer varias décadas esperando el bondi, así que decidí caminar. ¿les mencioné que me gusta caminar?
así que caminé. y caminé. al principio, con decisión. los nombres de las calles me sonaban familiares. pero no tanto. suponía que debía cruzar ciertas calles que nunca llegaban.
maldije mi buena disposición, ¿que tenía que hacer ahí, cuando podía estar en mi casa calentita?
la ciudad era un desierto, pero el destino dispuso que me cruzara con otro ser vivo. y le pregunté.
su diagnóstico fue poco alentador. otra vez me tocó escuchar que estaba como a 30 cuadras. sólo que yo ya no sabía para que lado tenía que ir. evidentemente tampoco lo sabía antes, pero la reciente certeza de mi absoluto desconcierto se tornó insoportable. saqué el mapa que está siempre en mi cartera: el lugar donde me encontraba estaba fuera del mapa. desolación.
llamé otra vez. el vino había hecho alguna mella en los ánimos y costaba recibir indicaciones precisas. me entristecí, me encolericé, me cansé. no sabía para donde quedaba mi casa, ni siquiera había cruzado una parada de algún colectivo que me sonara familiar. estaba perdida.
de pronto, mi teléfono vibró. alguien tenía instrucciones para mí.
y otra vez, caminé. y caminé, y caminé. pero llegué, apenas pasada la medianoche. una copa de vino y muchos abrazos fueron la compensatoria bienvenida.
menos de dos horas después, un alma piadosa entre los presentes quiso salvarme de esperar el bondi otra vez y me alcanzó hasta parque centenario. total, a esa altura de la noche, ¿qué me hacía caminar 15 cuadras más?
ayer tenía una cena en coghlan. estaba fusilada, tras dos días de bicicleteadas intensivas, caminatas varias y una fiesta d'rock en el salón pueyrredón, donde al son de la música escogida por la grosa de pit , gastamos la pista.
volví a casa tras 20 km de pedaleo, vi una peli, me quedé un poco dormida... y sin dudas, tenía más ganas de quedarme en casa. pero hacía muchos días que no veía a estos amigos, así que tipo 10 tomé coraje, me abrigué y salí.
el único bondi que me lleva es el 19, que pasa como a 10 cuadras de mi casa. me gusta caminar. tras estar ¿25?¿35? minutos echando raíces en la parada, estuve a punto de desistir. volví media cuadra y ví venir el 19. corrí, me subí, yastá. eran las 22.45 o por ahí.
bueno, el bondi agarra por superí... me tengo que bajar después de monroe... aunque no es la primera vez que iba, no conozco nada por ahí.
no sé si me dormí o simplemente me colgué, pero me pasé.
el colectivero, exageradísimo, me dijo que estaba como a 30 cuadras; que esperase el 19 de vuelta para el otro lado. llamé a mis amigos, me dijeron que estaba a 10 cuadras. promedié entre la exageración del chofer y el ánimo de mis amigos. mi reloj marcaba las 23.10 y temí envejecer varias décadas esperando el bondi, así que decidí caminar. ¿les mencioné que me gusta caminar?
así que caminé. y caminé. al principio, con decisión. los nombres de las calles me sonaban familiares. pero no tanto. suponía que debía cruzar ciertas calles que nunca llegaban.
maldije mi buena disposición, ¿que tenía que hacer ahí, cuando podía estar en mi casa calentita?
la ciudad era un desierto, pero el destino dispuso que me cruzara con otro ser vivo. y le pregunté.
su diagnóstico fue poco alentador. otra vez me tocó escuchar que estaba como a 30 cuadras. sólo que yo ya no sabía para que lado tenía que ir. evidentemente tampoco lo sabía antes, pero la reciente certeza de mi absoluto desconcierto se tornó insoportable. saqué el mapa que está siempre en mi cartera: el lugar donde me encontraba estaba fuera del mapa. desolación.
llamé otra vez. el vino había hecho alguna mella en los ánimos y costaba recibir indicaciones precisas. me entristecí, me encolericé, me cansé. no sabía para donde quedaba mi casa, ni siquiera había cruzado una parada de algún colectivo que me sonara familiar. estaba perdida.
de pronto, mi teléfono vibró. alguien tenía instrucciones para mí.
y otra vez, caminé. y caminé, y caminé. pero llegué, apenas pasada la medianoche. una copa de vino y muchos abrazos fueron la compensatoria bienvenida.
menos de dos horas después, un alma piadosa entre los presentes quiso salvarme de esperar el bondi otra vez y me alcanzó hasta parque centenario. total, a esa altura de la noche, ¿qué me hacía caminar 15 cuadras más?
lunes, julio 07, 2008
i see bichos canasto
bueeeno.
ya sé que no debiera haber ido, porque todavía estoy recuperándome-y-lo-peor-es-la-recaída.
pero pintó camping este finde y me fui. estuvimos en zárate, en el camping las tejas.
fui con la intención de regresar el mismo sábado, pero el sol, los amigos, la playita sobre el paraná, el bosque burtoniano y el calor inesperado, lo pusieron muy díficil para regresar y (tal como la vez anterior), dije que iba por un día (y llevé cosas para ir por un día) y me terminé quedando. y no me arrepentí.
hubo momentos divertidísimos, con bolsas de dormir-bicho-canastiles, cambios de carpa, frisbee... otros, entrañables, de muchos abrazos y cariño y canciones. y otros tremendamente glotones, con tres asados uno-mejor-que-el-otro.
pero también hubo momentos muy raros, donde sentí que estabamos como fuera de tiempo, en una dimensión extraña.
había una playa de arena fina, donde nos sentamos bajo el sol y bajo la luna, a mirar los barcos pasar. por la noche, vimos bailar las luces del puente sobre la superficie negra y lisa del agua, saludando levemente el paso de cada nave.
había aves, muchas: patos, gansos, gallos, gallinas y hasta pavos reales. y también caballos, perros, gatos y hasta tigres (aunque no puedo dar fe de esto último).
había un bosque increíble y desnudo.
ramas y ramas que apuntaban al cielo, señalando las nubes con dibujos extraños.
ramas y ramas, petrificadas en su ondular hacia el río.
aquí y allá, bichos canastos hacían las veces de frutos invernales.
creo que soñé despierta con mariposas de fuego brotando como flores de esas ramas dormidas.
había un barco encallado, que hacía las veces de hotel. entramos a explorarlo de noche, como polizones. no era nada del otro mundo, pero había algo extrañamente fascinante. como estar dentro de un cuento. me dejé perder por los pasillos largos, tapizadas las paredes por nada menos que 200 puertas, de otros tantos camarotes. escaleras arriba, escaleras abajo, cubiertas y sobrecubiertas, salones, máquinas, una pileta, una discoteca, pasillos y más pasillos.
la noche estaba blanca de nubes bajas y el barco entre los árboles. quieto.
estábamos sentados en la proa, mirando hacia adelante. en la proa de un barco que no se movería, rodeado de árboles. y en lo alto de los árboles, pavos, gallinas, gallos. y bichos canasto.
y fue ahí cuando descubrí la respuesta al eterno dilema del huevo y la gallina. las aves, primero, salen de los bichos canasto.
ya sé que no debiera haber ido, porque todavía estoy recuperándome-y-lo-peor-es-la-recaída.
pero pintó camping este finde y me fui. estuvimos en zárate, en el camping las tejas.
fui con la intención de regresar el mismo sábado, pero el sol, los amigos, la playita sobre el paraná, el bosque burtoniano y el calor inesperado, lo pusieron muy díficil para regresar y (tal como la vez anterior), dije que iba por un día (y llevé cosas para ir por un día) y me terminé quedando. y no me arrepentí.
hubo momentos divertidísimos, con bolsas de dormir-bicho-canastiles, cambios de carpa, frisbee... otros, entrañables, de muchos abrazos y cariño y canciones. y otros tremendamente glotones, con tres asados uno-mejor-que-el-otro.
pero también hubo momentos muy raros, donde sentí que estabamos como fuera de tiempo, en una dimensión extraña.
había una playa de arena fina, donde nos sentamos bajo el sol y bajo la luna, a mirar los barcos pasar. por la noche, vimos bailar las luces del puente sobre la superficie negra y lisa del agua, saludando levemente el paso de cada nave.
había aves, muchas: patos, gansos, gallos, gallinas y hasta pavos reales. y también caballos, perros, gatos y hasta tigres (aunque no puedo dar fe de esto último).
había un bosque increíble y desnudo.
ramas y ramas que apuntaban al cielo, señalando las nubes con dibujos extraños.
ramas y ramas, petrificadas en su ondular hacia el río.
aquí y allá, bichos canastos hacían las veces de frutos invernales.
creo que soñé despierta con mariposas de fuego brotando como flores de esas ramas dormidas.
había un barco encallado, que hacía las veces de hotel. entramos a explorarlo de noche, como polizones. no era nada del otro mundo, pero había algo extrañamente fascinante. como estar dentro de un cuento. me dejé perder por los pasillos largos, tapizadas las paredes por nada menos que 200 puertas, de otros tantos camarotes. escaleras arriba, escaleras abajo, cubiertas y sobrecubiertas, salones, máquinas, una pileta, una discoteca, pasillos y más pasillos.
la noche estaba blanca de nubes bajas y el barco entre los árboles. quieto.
estábamos sentados en la proa, mirando hacia adelante. en la proa de un barco que no se movería, rodeado de árboles. y en lo alto de los árboles, pavos, gallinas, gallos. y bichos canasto.
y fue ahí cuando descubrí la respuesta al eterno dilema del huevo y la gallina. las aves, primero, salen de los bichos canasto.
sábado, julio 05, 2008
rosario
otra vez fui a rosario, y ya hace de esto muchos días, pero entre el cacerolazo, la marcha y el resfrío no tuve tiempo de contarlo.
esta vez la ocasión ameritante fue la inaguración del monumento al che, la invasión couchsurfer y el fin de semana largo, pero francamente, para mí cualquier excusa es buena.
no me pregunten porqué, pero yo llego a rosario e inmediatamente estoy feliz.
mi padre dice que es por la novedad, porque no vivo ahí. la verdad es que no vivo en un montón de otros lados y no todos me producen el mismo efecto de sonrisa instántanea que me causa esta ciudad tan verde y tan amigable.
he ido sola, con unas pocas amigas y con muchos amigos. siempre la he pasado bien.
el sábado hacía un frío de la recontrahostia y éramos como 60. me perdí y me encontré unas varias veces con la troupe variopinta de rosarinos, santafesinos, cordobeses y porteños, anque alemanes, españoles, hondureños y hasta griegos que pululaban felizmente por ahí. debo confesar que nos costó prestar atención al acto.
el domingo ya quedábamos muchos menos. la idea era regresar al mediodía, pero el sol era una invitación insoslayable. así que me quedé con los que se quedaron, y fuimos a caminar por la costanera, para terminar lagrimeando en el recital, con león cantando 5 siglos igual y saltando con el fantasma de canterville.
el lunes ya no quedaba casi nadie, y me dediqué a caminar la ciudad en solitario, como la primera vez que la visité. y a volver a enamorarme de ella.
esta vez la ocasión ameritante fue la inaguración del monumento al che, la invasión couchsurfer y el fin de semana largo, pero francamente, para mí cualquier excusa es buena.
no me pregunten porqué, pero yo llego a rosario e inmediatamente estoy feliz.
mi padre dice que es por la novedad, porque no vivo ahí. la verdad es que no vivo en un montón de otros lados y no todos me producen el mismo efecto de sonrisa instántanea que me causa esta ciudad tan verde y tan amigable.
he ido sola, con unas pocas amigas y con muchos amigos. siempre la he pasado bien.
el sábado hacía un frío de la recontrahostia y éramos como 60. me perdí y me encontré unas varias veces con la troupe variopinta de rosarinos, santafesinos, cordobeses y porteños, anque alemanes, españoles, hondureños y hasta griegos que pululaban felizmente por ahí. debo confesar que nos costó prestar atención al acto.
el domingo ya quedábamos muchos menos. la idea era regresar al mediodía, pero el sol era una invitación insoslayable. así que me quedé con los que se quedaron, y fuimos a caminar por la costanera, para terminar lagrimeando en el recital, con león cantando 5 siglos igual y saltando con el fantasma de canterville.
el lunes ya no quedaba casi nadie, y me dediqué a caminar la ciudad en solitario, como la primera vez que la visité. y a volver a enamorarme de ella.
viernes, julio 04, 2008
you give me fever
tres días de nada. no escribir no leer no chatear no comer no nada.
yo, que petulantemente me había adueñado del discurso yo-no-me-enfermo-nunca, sucumbí. el miércoles me sentía algo afiebrada, pero no le dí mayor entidad. quién no se siente así en invierno?
el jueves, de visita en casa de kika, la sensación no cedía.
-me prestás el termometro?
el admíniculo marca 37.7. no es para tanto, claro que no.
y mientras el jueves se hacía viernes, comenzó el infierno.
en vano los cócteles (a los cuales soy bastante reacia de por sí) de ibuprofeno, pseudoefedrina, paracetamol. en vano los litros de té con jengibre y miel.
fiebre, fiebre, fiebre. el termómetro hace su propia escalera a la fama.
el sábado a la madrugada, entre pesadillas delirantes, creo que hubo una fiesta con mariachis al lado de mi casa.
el domingo, ya desahuciada, vino el médico.
me tomó la fiebre: 39.8. cuando me vió la garganta, reculó. y ahí nomás me enterró un inyectable y me endilgó un antibiótico de esos heavy metal.
en fin, dos días más en casa y de vuelta al mundo exterior.
ahora, además de una tos de perro, un oído tapado y mocos como para satisfacer la demanda del mercado interno y externo por los próximos tres años, tengo un montón de cosas atrasadas para postear, y para variar, diré que lo iré haciendo en los días subsiguientes. o no.
yo, que petulantemente me había adueñado del discurso yo-no-me-enfermo-nunca, sucumbí. el miércoles me sentía algo afiebrada, pero no le dí mayor entidad. quién no se siente así en invierno?
el jueves, de visita en casa de kika, la sensación no cedía.
-me prestás el termometro?
el admíniculo marca 37.7. no es para tanto, claro que no.
y mientras el jueves se hacía viernes, comenzó el infierno.
en vano los cócteles (a los cuales soy bastante reacia de por sí) de ibuprofeno, pseudoefedrina, paracetamol. en vano los litros de té con jengibre y miel.
fiebre, fiebre, fiebre. el termómetro hace su propia escalera a la fama.
el sábado a la madrugada, entre pesadillas delirantes, creo que hubo una fiesta con mariachis al lado de mi casa.
el domingo, ya desahuciada, vino el médico.
me tomó la fiebre: 39.8. cuando me vió la garganta, reculó. y ahí nomás me enterró un inyectable y me endilgó un antibiótico de esos heavy metal.
en fin, dos días más en casa y de vuelta al mundo exterior.
ahora, además de una tos de perro, un oído tapado y mocos como para satisfacer la demanda del mercado interno y externo por los próximos tres años, tengo un montón de cosas atrasadas para postear, y para variar, diré que lo iré haciendo en los días subsiguientes. o no.
más o menos relacionado con
moi
miércoles, julio 02, 2008
algunas noches, soy fácil
una copa de malbec, un queso pepato en el punto exacto.
ella fitzgerald, nina simone y billie holiday musicalizan la velada.
(casi, casi) la perfección.
ella fitzgerald, nina simone y billie holiday musicalizan la velada.
(casi, casi) la perfección.
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