resulta que me fui a pasar el finde a patricios, un pueblo a 260 km al oeste de baires donde habia un festival de teatro comunitario. fuimos con un grupete en una motor home y estuvo más que lindísimo.
el pueblo, hermoso. es super chiquito, tendrá 5x7 cuadras, casas chorizo de ladrillo, de esas con galería; perros amistosos, calles de arena y una estación preciosa por donde el tren no pasa hace muchos años. en ese entonces llegó a tener 6000 habitantes; hoy quedan 600.
quizá porque estaba nublado, quizá por el ocre crujiente de las hojas de plátano que alfombraba todas las calles, de a ratos me parecía estar caminado en una postal sepia. había en el aire un perfume a nostalgia, a lo que fue, a lo que pudo haber sido. patricios tiene algo de dormido, algo de abandonado... y sin embargo su gente tiene una energía tremenda.
a fines de 2002, junto con la concepción del "arte como transformador social", surgió en ellos la idea del teatro comunitario y la compañía Patricios Unido de Pie. hoy está integrada por más de 50 de vecinos-actores, entre 3 meses y 82 años. ¡imagínense que un 10% de la población de Patricios actúa en la obra!
por lo que averigué, son parte del movimiento pueblos que laten, que vincula varios pueblos rurales de la provincia de buenos aires que buscan alternativas para el desarrollo comunitario con prácticas de resistencia colectiva y creativa.
este fin de semana vimos tres obras de teatro: dos de la compañia de patricios y otra del vecino 9 de julio, cabecera del municipio homónimo, además de un grupo de danza del iuna, repartidos en sábado y domingo.
la noche del sábado, tras el teatro y la danza, se armó fiesta popular. cantamos muchiiiiisimo y bailamos ídem!
el domingo, hubo asado y teatro en la mismísima estación de tren, que en septiembre cumplirá 100 años*.
las obras son geniales, conmovedoras, divertidas... con humor y canciones meten el dedo en la llaga: la memoria, la injusticia, la desidia estatal... creo que no fui la única que no sólo lloró y rió a carcajadas, sino que además se quedó pensando en esa realidad tan ajena a la vida en la gran ciudad.
tan a gusto estuve, que el domingo antes de irnos, cuando fuimos a despedirnos a casa de don raúl -87 años, la memoria del pueblo hecha persona, hoy encargado del museo ferroviario-, me olvidé la cartera íntegra con la billetera, el móvil, el dni, la tarjeta de débito, la cámara de fotos... todo! y recién me di cuenta a 100 km de ahí, cuando ya estábamos demasiado lejos como para volver.
no sé si ponerme un cartel de boluda total y embocarme un helado en la frente, o creer que el destino quiere llevarme de regreso a patricios... quién sabe!
de todos modos, si alguien quiere ir este fin de semana, que avise!
cuando recupere la cámara, subiré las fotos. y les cuento la historia de las zorras.
*esténse alerta, porque habrá fiesta.
jueves, junio 12, 2008
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5 aportes al desconcierto general.:
Hola, llegué a este blog hace un tiempo, pero nunca comentaba y ahora sentí la necesidad de hacerlo: soy de 9 de julio xD y dos por tres voy al bar "Bartola", ahí en Patricios, capaz que lo viste... Buenos, me retiro, hasta luego!
Que lindo Pau!!!
las imagenes de la foto sepia, el teatro comunitario, el asado, las zorras me dibujan una sonrisa, y el helado de crema en tu cara una carcajada... jajja bue, espero recuperes tu cartera...
¿La profecía autocumplida?
Creo que tu cartera le hizo caso a lo de "La única forma de conocer una ciudad es perdiéndose en ella"
Qué lindo post! Y que buena iniciativa, contate más
recuperé la cartera, me la mandaron el jueves a la noche y el viernes estaba en mis manos, con toditas las cosas dentro.
conclusión: el sábado me fui a rosario. pero volveré a patricios, sin duda!
cla, estoy hablando con esta gente que es de lo más copada, vamos a ver que podemos hacer... te mantengo informada por este mismo baticanal!
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