resulta que llevé a arreglar la bici, porque no tenía freno atrás. había averiguado para hacerlo la semana pasada, cuando cambié, por fin, el asiento.
el señor de la bicicletería (amabilísimo pero de humor inexistente) me dijo que tenía que centrar la rueda de atrás también. ya que estaba, le pedí que suba el manubrio, que estaba muy bajo tras el cambio del asiento. indicó que para hacerlo tendría que calibrar el freno de adelante. y de paso, me sugirió ajustar la caja pedalera, que estaba medio medio... la dejé un día entero y hoy la fui a buscar.
por dios! qué maravilla! volví de ahí pedaleando (obviamente) pero era casi como flotar... glorioso!
además le compré una campanita (se llama así?) que coloqué allí mismo... un primor!
amaba mi bici desde que se cruzó en mi camino, rechinante, pesada y sin frenos.
pero ahora... quiero andar en bici todo el día!!
viernes, agosto 24, 2007
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2 aportes al desconcierto general.:
otro ciclista por acá, y concuerdo con vos en que una bici en buen estado es una de las cosas más lindas que te pueden pasar. yo cuando me subí a la bici nueva (pasé de una doble suspensión berreta de fierro a una raleigh de aluminio) noté MUCHO la diferencia. esto se acentúa si solés andar en espacios en lso cuales tengas que frenar mucho (ciudad, por ejemplo)
pensé que habías terminado dándote un porrazo en la vereda al salir de la bicicletería
ya me estaba riendo sola
jajaja
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