martes, marzo 22, 2011

agua dulce, agua salada


fui a sihanoukville con la excusa de hacerme la visa para vietnam. aparentemente, hay ahi un consulado vietnamita donde te dan la visa enseguida. apenas bajé del bus fui directo ahí para descubrir que salía diez dólares más que haciéndola a través de una agencia en phnom penh!
obviamente me guardé el pasaporte para tramitar la visa en la capital y me fui a la playa.
el mar y yo tenemos un romance antiguo. ¡nos conocemos desde hace tantos años! no nos vemos muy seguido, pero cuando nos encontramos, pasamos mucho rato sumergidos en salada, silenciosa, ondulante compañía. me meto hasta que mis pies no tocan el fondo y me quedo en el agua hasta que la piel de mis dedos se arruga como una carta de amor que no querés volver a leer.
desde mar adentro veo el cielo teñirse de negro. llueve rabiosamente. floto bajo la lluvia: arriba dulce, abajo sal.

al otro día, con los diez dólares que me pienso ahorrar con la visa y el sol libre de nubes, me tomo un barquito para ir a dar una vuelta por tres islitas cercanas.
en este caso el viaje a las islas no es tanto a las islas como al agua alrededor de las islas, bordada de corales. desde el barquito, chapuzón de cabeza al mundo cristalino. seré sincera, no es lo mismo que tailandia y las antiparras no están muy buenas, pero igual se ve y lo disfruto. peces grandes y chicos, a rayas y de colores, erizos, corales, plantas danzarinas.
al mediodía paramos en una isla a almorzar, el menú incluye pescado a la parrilla.
se empieza a nublar cuando subimos otra vez al barco. hay unos cuantos indecisos en la siguiente parada: sin el reflejo del sol no se ve tanto abajo del agua. yo me tiro el lance y me tiro al agua. para ver si se ve, hay que ir a ver.
resulta que sí se ve, y de pronto estoy nadando en medio de un cardumen entre cientos y cientos de peces a lunares marrones, de unos 10 ó 15 cm de largo (me olvidé la regla ese día). alucinante. simplemente alucinante.
en el viaje de regreso, relampaguea fiero y se larga una tormenta. navegamos bajo una lluvia densa. otra vez me mojo de lluvia sobre el agua de mar. dulce y salado.

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