lunes, julio 05, 2010

twinkle twinkle little star


tras la noche en el hotel boutique, vicki se fue y yo me mudé a un hostel bien hostel: dormitorio con 12 camas. no me molestaba compartir habitación, tenía pensado seguir hacia el norte a la mañana siguiente. es extraño como uno puede estar solo en un lugar lleno de gente, no tenía interés en hablar con nadie.
puse el despertador a las 8, aunque me desperté tipo 6 y algo, traté de dormir un rato más, el sol entraba a pleno por la ventana, al final salí de la cama a las 7, me di un baño, me conecté al wifi, corregí algo para identity. tenía pensado ir al mercado para comprar frutas, al final obviamente no hice a tiempo, me tomé un tuk tuk que en vez de llevarme a la terminal de minibuses me llevó a la terminal norte, mucho mejor, terminé viajando en tuk tuk hasta non kiaw por 35000. el trayecto era bellísimo, aunque vine rebotando todo el viaje.
non kiaw está partido al medio por un río ancho y espeso, y rodeado por montañas verdes. es pequeñito y tranquilo, da la impresión de que a un lado del puente está la parte de los locales y del otro, la parte para los turistas, pero es todo más o menos lo mismo, y me gusta mucho.
en el viaje venía un chico precioso con los ojos levemente rasgados que me hacía acordar muchísimo a mi hermano juli, resultó ser francés de toulouse pero con padre laosiano, émile se llama, vino a laos un poco en busca de sus raíces, está viajando con un chico laosiano que conoció en luang prabang. nos alojamos todos en el mismo lugar. yo, después de la ducha obligatoria, hacía tanto calor que me metí en el cuarto, creo que quise escribir un poco pero me desmayé. no había dormido más de 3 horas la noche anterior.
resucité a las 6 o 7 de la tarde, caminé un poco, quería averiguar sobre los buses para irme de acá, tengo que planificar mi salida, el 9 se me vence la visa y seguramente tengo un día entero de viaje hasta la frontera china.
cené en un restaurante indio riquísimo, volví al hotel, emile y otros estaban tomando unas cervezas, me uní, todos se fueron a dormir excepto nosotros dos, tomamos otra birra, hablamos mucho, me contó de su familia mitad francesa mitad laosiana, de que hasta ahora en su vida había sentido que estaba apoyado en el suelo únicamente con un pie y que había venido a buscar la otra pata; que en vientiane fue a ver la que fue la casa de su padre, que debió emigrar antes de los 20 años, y que al verla fue como si le hubieran sacado un peso que cargaba sobre los hombros; que su padre no parecía estar feliz en francia pero tampoco había querido volver. hablamos de los sueños, él tiene un cuadernito donde los escribe, hablamos de los planes y de viajar solo.
no queda nadie despierto en el pueblo, excepto por un montón de estrellas flotando en la negrura.
vamos hasta el puente a verlas. escuchando los cascabeles de los búfalos de agua, los grillos, el susurro del río, vimos cuatro estrellas fugaces. volvemos con unas sonrisas infinitas.

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