domingo, mayo 23, 2010

love is dead


"en tailandia el amor está muerto", me dijo josefina, una uruguaya hermosa que conocí en pushkar, en mis últimos meses en la india. y parece que tiene razón.
muchos varones viajeros me confesaron que es casi imposible tener una relación con una mujer thai sin pagar, al menos un trago (aunque ninguno confesó haberlo hecho). a ver, no se trata de esperar una invitación del tipo ""estamos charlando, te invito a tomar algo", sino de exigir abiertamente una retribución, monetaria o en especias, por los servicios a prestar.
sin embargo, esto no parece desalentar a los "farang" (palabra thai para nombrar a los extranjeros, habitualmente pronunciada "falang". los tailandeses, como los chinos, no pueden pronunciar la r): todo western tiene su novia thai. en notoria diferencia con la india, donde es factible ver hombres indios con mujeres occidentales (jamás al revés), en tailandia sucede exactamente lo contrario, pero en cantidades abrumadoras.
con una histórica tradición en el tema (tailandia proveía sexo para los yankees en vietnam), la prostitución no pareciera ser un tabú. tampoco el transvestismo: los lady boys son marca registrada de tailandia y abundan.
las chicas (y sinceramente, algunos ladyboys también) tienen sus encantos, no lo voy a negar. son bonitas y muy femeninas. pero hay algo de artificial en esa belleza, de falso, de forzado.
un exceso de producción probablemente innecesario, de pestañas postizas y lentes de contacto de color, de pelo teñido de rubio y siliconas.

cuando volvía de ko phagnan, la última parte del trayecto la hice en un bus que tenía una especie de "salón comedor", una mesa rodeada de sillones. ahí viajamos un alemán, una inglesa, una pareja de isralíes, un húngaro, un yankee, dos ingleses, una chica tailandesa y yo. nuestro bus se había roto, y estábamos bastante desvelados tras tres horas en la ruta esperando el nuevo. esperamos en una estación de servicio, comprando porquerías para comer y tonteando. cuando llegó el recambio y nos acomodamos, uno propuso aprovechar la mesa y jugar a las cartas, y así lo hicimos. el húngaro invitó a la chica thai a jugar, ella respondió que no se sentía bien, que había estado vomitando, que estaba mal del estómago y se durmió. nosotros jugamos un rato largo, ya empezaba a aclarar cuando decidimos dormir.
como a las 7 am paramos para desayunar. la chica tai bajó del bus encaramada en sus tacos aguja y fue directo al baño. regresó perfectamente peinada y comenzó a maquillarse. hasta se arqueó las pestañas!

1 aportes al desconcierto general.:

Anónimo | 05 junio, 2010 22:29

Los bucles en el tiempo me encantan... Stargate blog...