viernes, enero 22, 2010

en la cima


tal como de kathmandú se puede ir a nagarkot a ver las montañas de cerca, desde pokhara se puede ir a sarangkot. preparo mochilita, dejo mochilota y marcho cuesta arriba como tres horas o más, con paradas varias.
llego a la cima, la vista es muy bella por cierto, aunque las nubes tapan la mayoría de los picos blancos que deberían serruchar el horizonte.
tengo que buscar alojamiento, camino un poco por ahí que no es mucho, algunas casas con quintas por la ladera y otros tantos hoteles en la punta del cerro.
desde una casa una señora me llama, namaste, esquivo los búfalos (?) y entro a la casa, o más bien a la galería de la casa que balconea sobre montones de terracitas pulcramente sembradas. obvio que la señora me habla en nepalés, por suerte el hindi se parece bastante y los lugares comunes son universales.
entramos a la cocina, acomoda leña debajo de la pava, con un cucharón saca leche de una tinaja y muele un poco de jengibre con una piedra para preparar un té, gaumathi se llama, me dice que tiene 6 hijos, alguno de ellos está en pokhara, los demás no entiendo, le pregunto cuantos años tiene, dice 50, me pregunta a mí y cuando le digo 33 no me cree, me parece que piensa que me confundo los números. salimos al sol de la tarde, me muestra los talones ajados, le convido un cigarrillo, me sonríe.
al rato llega una muchachita muy bella, hablan en nepalés, no cazo una, se mete en la cocina, yo entro a curiosear, resulta que habla inglés, se llama samjana y tiene 19 años, es la nuera de gaumathi. su marido trabaja como guía de trekking, pero ahora no hay turistas, ella está estudiando, la verdad es que quisiera irse a vivir a europa. tomamos otro té, ella prepara una especie de tortilla dulce que no come porque hoy le toca hacer ayuno por la larga vida de su esposo bel. él anda por ahí, ya debe estar por venir, tiene 28, se casaron hace dos años.
gaumathi se va cuesta abajo entre las terracitas amarillas de flores de mostaza, yo me despido, dannyewad, namaste.
me voy para la cumbre, miro los hoteles, nada muy interesante, las montañas siguen cubiertas de nube. y sí...?
vuelvo a la casa de gaumathi, el hijo está de regreso, saludo desde la calle, me invita a pasar otra vez, le digo que estaba buscando hotel pero que más me gustaría quedarme ahí, y dice sí, claro, no problem.
y así la tarde se convirtió en noche, todos rejuntados en la cocina humeante, no por nada los asientos son bajitos, hablamos con bel de argentina y de política nepalesa, dal bhaat (lentejas y arroz, base de la dieta local) para todo el mundo y aloo gobi (papas y coliflor) de la quinta.
llega la hora de la pooja, estos días son especiales, hay que leer un libro que cuenta la creación del universo, un capítulo por día durante 31 días, van por el diecisiete. bel corta unas flores de un árbol, gaumathi pincha 3 sahumerios en un poco de bosta fresca, samjana lee, yo escucho.
los esposos se despiden, gaumathi y yo nos vamos a la cocina por un último té, fumamos en silencio.
antes del amanencer me despierto, gaumathi ya está en la cocina esperándome con un chai hirviente, me toca el pelo, se ríe. yo me abrigo y subo a la cresta del cerro a ver el sol naciente, hoy está despejado, de a poco se tiñen las puntas de naranja pálido.
hay una chica suiza, me dice que del otro lado hay como 60 personas apiñadas para sacar una foto, no es la idea, claro que no, acá lo vemos medio de costado pero cuanto mejor, en paz.
vuelvo a la casa, la dieta nepalesa es dal bhaat dos veces al día, tipo 9 am y 7 pm, y durante el resto del día, chai y chucherías fritas, el que corresponde a este turno está casi listo. yo pensaba volver hoy, bel dice que ellos van a lavar ropa por ahí cerca, que si quiero ir, one more day here, gaumathi dice sí sí. nos vamos los tres, bel, samjana y yo, rumbo a un arroyo o una canilla, samjana se cuelga de la frente el dokhu (canasto cónico) lleno hasta el tope de ropa sucia. caminamos un rato, saludamos a los vecinos, hay un cabrito recién parido. no hay agua acá, los vecinos dicen que allá tampoco, hay que ir un poco más lejos. en el camino nos encontramos con otro que también va a hacer lavandería, bajamos por una cuesta chiquita, hay un pozo o algo parecido, poca agua pero sirve.
samjana lava, bel enjuaga, de pronto la cuesta se cubre de colores, todos los trapos al sol. el encontrado junta leña, bel trajo unos fideos de esos instántaneos, hacemos un picnic mientras la ropa se seca.
volvemos, ya son casi las 3 o quizas las cuatro, gaumathi nos espera con chai y chapatis, le digo a bel que su madre me está malcriando, ella tiene una sonrisa tan grande en la cara que ilumina la cocina.
samjana se pone a cortar nabos de una pila gigante, hay que dejarlos secar para el invierno. cortamos juntas mientras el sol se esconde, me cuenta de su casamiento, de como son las costumbres nepalesas, me muestra las fotos y hasta el sari de la boda.
ya casi está la comida, gaumathi se preocupa porque dice que como muy poco, yo digo que si comiera como ellos bajo la cuesta rodando, no tanto arroz para mí, sí a una taza de leche caliente.
antes de meterme a la cama salgo a mirar las estrellas, una estrella fugaz, que más puedo pedir.

las fotos acá

4 aportes al desconcierto general.:

herdi | 22 enero, 2010 13:49

:) me encantó

El Salva | 22 enero, 2010 23:12

¡Qué buena historia!

Anónimo | 23 enero, 2010 15:41

Un trip. Intimista y cálido.

Yami | 25 enero, 2010 12:38

Que mágico todo lo que contas!!! cuando escribiste "gaumathi ya está en la cocina esperándome con un chai hirviente, me toca el pelo, se ríe" casi me pongo a llorar.
Tus fotos de nagarkot, changu narayan y sanku son deliciosas, los picos de las montañas y los colores del cielo... parecen pinturas de Monet!!!!
La verdad que no podes pedir más nada ya que lo que viviste es "perfección" jejeje