martes, noviembre 18, 2008

inconsciente bicicletivo


san pedro comparte la paleta rojiza que pinta todos los pueblos de la quebrada de humahuaca pero con un afán cazaturista trendy style digno de palermo soho. no se los puede culpar, hay gringos hasta debajo de las piedras.
la calle principal se llama caracoles y a lo largo de sus cinco o seis cuadras donde todos salen(imos) a dar la vuelta al perro, hay 4 tipos de negocios. restaurantes (uno más lindo que otro), cibers, agencias de viaje y, obviamente, locales de "artesanía", en un 99% importada de bolivia. además hay muchas, pero muchas, bicicletas.
hay varias cosas para ver en los alrededores. en un radio entre 3 y 50 km hay geisers, lagunas, montanas, valles y sitios arqueológicos. para todos, lógicamente, hay un tour que te lleva, te trae y te cobra. pero para algo estan las bicis...
alquilar una bici medio dia sale 3000 $, unos 20 pesos. nada mal. confiada en mi cotidiano entrenamiento, elijo una azul lindísima con suspensión. tiene cambios y la verdad es que no se como se usan, podría ser el momento de aprender.



14 km al valle de la luna suena más que factible. el del hostel me previene: la altura, el calor, el sol, las pendientes, el desierto.
a eso de las 2 salgo a "precalentar" y pedaleo 4 arenosos km hasta el pucará de quitor. no es facil, pero tengo resto. antes del gran desafio, vuelvo un rato al hostal, recargo agua y energia.
a las 4 y monedas salgo otra vez. empiezo con pendiente, pero ya casi domino los cambios. ruta, perfecto.
el camino se divide: 8 km al sitio arqueológico tulor, 10 al valle de la luna. se supone que debo llegar ahí al atardecer, tengo tiempo, sale tulor. ripio, ocho de ida, 8 de vuelta y al valle. que suerte que la bici tiene suspensión.
viento en contra. mucho. muchísimo.
sol en contra. pero cada vez menos.
juego una carrera contra el atardecer y tengo todas las de perder.
me lloran los ojos y temo que no es únicamente por culpa del viento. y aunque avanzo poco y nada, avanzo.
un cartel me esperanza, una subida atroz me espanta. dejo la bici,
dejo la ruta. trepo buscando el horizonte: más montañas, más subidas y el sol que se va. la escarcha salada que cubre el suelo se quiebra bajo mis pies.
y de pronto, en la montaña que sigue, diviso humanas figuritas doradas por el último rayo de sol.
emprendo el regreso. todavía me queda pedalear 14 km, en oscuridad creciente.


1 aportes al desconcierto general.:

Gos | 23 noviembre, 2008 20:08

wow, P! qué loco! me daría miedo :(